Ana Melievo ama los vinos, los quesos y los habanos

Ana Melievo es una científica y casi podemos decir que aplica ese adjetivo a todas y cada una de sus aficiones con el fin de analizar y aprender de diversos aspectos, ya asean del mundo de los Habanos, de los vinos o de los quesos

Ana es una malagueña que estudió Farmacia en la Universidad de Granada y después también la disciplina de Nutrición, aunque su labor profesional se dedica a los ensayos clínicos especialmente en oncología.

Esta científica ha vivido en Italia e Inglaterra y rechazó trasladarse a Estados Unidos, aunque tenía una magnífica oportunidad y oferta también para desarrollar su trabajo como experta en ensayos clínicos y ahora dirige los monitores de la empresa multinacional para la que trabaja en gran parte de Europa como Alemania, Italia, Polonia, etc.

Su primer habano lo fumó precisamente en la capital cubana con motivo de un viaje de ocio y como homenaje a una persona muy querida cuyos puros dejaban un rastro de aromas que le encantaban y que después falleció de repente.

Ana no recuerda exactamente cuál fue la vitola que degustó en Cuba, pero sí que sabe perfectamente que se trataba de un Cohiba, que eran los que fumaba su buen amigo.
Eso fue en 2017 y desde entonces se dedicó a bucear en el mundo del habano, así que cuando se enteró de que existía el Club Pasión Habanos se hizo socia y siempre trata de apuntarse a los afterworks de la sede.

Le gustan preferentemente los Habanos de fortaleza suave a media y suele fumar formatos no muy grandes del tipo Robustos y Petit Churchills, que es el que ha elegido en nuestra conversación en el club de la casa Allard, un Hoyo de Monterrey Epicure No. 2 que ha maridado con un Pedro Ximénez.

Ana suele fumar preferentemente los fines de semana, o al finalizar su jornada de trabajo y en ocasiones especiales como en una sobremesa larga, aunque de vez en cuando se da un homenaje, se compra una botella de vino y se fuma un habano.

Sus marcas preferidas son Cohiba, Hoyo de Monterrey y Montecristo, aunque de vez en cuando también elige fortalezas de mayor calado como alguna de las vitolas de Partagás.

Es una absoluta seguidora del mundo del habano y busca libros y webs donde “pueda aprender” porque lo que a ella le gusta en penetrar y profundizar en sus conocimientos de los cigarros Premium.

Pero también le encanta el vino -preferiblemente riojas-, y aunque se puede beber un Whiskey prefiere el mundo vinícola, ya que incluso ha pensado que podría haberse dedicado a la enología, al mismo tiempo que es una buena amante de los quesos y siente una profunda intención de seguir aprendiendo del mismo.

Gran vividora en el mejor sentido de la palabra Ana disfruta con los platos más tradicionales de la gastronomía y cuando viaja tiene perfectamente estudiado cuales son los restaurantes que debe visitar en cada lugar, pues busca restaurantes modernos, pero en cuya comida dominen los platos tradicionales españoles, y que “es muy de cuchara”, afirma.

Esta malagueña va al gimnasio dos horas al día, “por lo menos”, y su metabolismo le permite estar en plena forma a pesar de sus grandes citas gastronómicas bien regadas de buen vino.

Ana también hace yoga y dejó de ejercitar el boxeo, práctica en la que estuvo un tiempo hasta que fue consciente de los peligros de los golpes y era casi la única chica de su gimnasio.

En su afán por profundizar en el desarrollo cultural Ana lee todo tipo de ensayos y aquellos libros que le puedan aportar algo como los de Antonio Escohotado cuyas obras, están centradas principalmente en el derecho, la filosofía y la sociología, y asegura que no le gustan la Historia ni las novelas.

La música que prefiere la define como muy variada, pues va desde el rap de los años 90 (Dr. Dre, 2Pac, etc) hasta Lauryn Hill, Amy Winehouse, The Foals o Extremodouro.