Ariana Onno: Habanos como sinónimo de serenidad y buena compañía

Ariana Onno es una mujer que podríamos definir como multidisciplinar dado que los diversos enfoques que ha dado a su vida posiblemente correspondan a su afán resolutivo, con un exigente y alto nivel de creatividad, así como una magnífica empatía socializadora

Ariana nació en La Habana de padre estonio y madre cubana. Tras estudiar el bachillerato en la isla viajó hasta Madrid. Aquí su abuela (niña de la guerra civil española) trabajaba como médico en la localidad de Morata de Tajuña (Madrid).

En la Universidad Complutense estudió Filología Hispánica. Pero sus derroteros la llevaron hacia los recursos humanos y la comunicación. Además de otros campos obteniendo el título de Master en inteligencia emocional y programación de neurolingüística. También el Master en Dirección de Moda IMF.

Es la fundadora de Madrid Sustainable Fashion Week. Ariana tiene muy claro que el sector de la moda es uno de los más contaminantes. Hace gala de que es preciso reducir el consumo de ropa. Y potencia su enfoque al cuidado de la Naturaleza. También al estilo de que cada persona se conforme de acuerdo con los valores sostenibles.

“Nací en la Habana, mi padre en Estonia, mi madre en Encrucijada, mi abuela materna en Isabela de Sagua, mi abuela paterna en Asturias, mi abuelo materno en Zamora, y mi abuelo paterno en Tallín, desde que nací entendí la grandeza de la unión, de la multiculturalidad, de la mezcla y del amor”, asegura Ariana.

Desde hace unos años –siempre en movimiento y aprendiendo- equilibra la filosofía con la neurociencia. Decidió crear una marca de joyería denominada Hôbe, que significa plata en estonio. Ariana afirma que es mucho más que una firma de joyas. Se trata de “sentimientos y emociones convertidos en joyas”. Exporta a más de sesenta países de todo el mundo.

El perfil humano de Ariana es tan atractivo que toda la mezcla de su sangre cubana, española y estonia le ha proporcionado una sensibilidad exquisita. Sensibilidad hacia todo aquello que signifique apertura. Apertura a ciertas áreas en las que ella suele mezclar filosofía y neurociencia.

Su primer habano recuerda que fue precisamente un Cohiba Siglo VI. Apenas cumplida la mayoría de edad. Desde entonces, trata de lograr momentos íntimos, serenos y en buena compañía para degustar los cigarros cubanos.

Ariana suele fumar sus vitolas preferidas –aunque en realidad todos los Habanos son sus más queridos- durante los fines de semana. Además, en las ocasiones que se encuentra con un grupo de amigos. Poder compartir distintos aspectos a la vez que disfrutar de sus cigarros.

No tiene un formato ni una fortaleza más definida que otras. Es capaz de fumarse una Pirámides de Montecristo o el Magnum 46 de H. Hupmann que es lo que degusta en nuestra charla, pues afirma que en su humidor de casa tiene de todo en un gran armario con unas ocho bandejas.

Tempranera en su despertar, pues se levanta cada día hacia las cinco de la mañana, trata de correr y estar lista para trabajar en su despacho bien temprano para que cuando lleguen sus empleados tenga ya muy avanzadas las gestiones de la empresa.

Lectora empedernida, Ariana lee mucho sobre todos aquellos aspectos de los que puede aprender no solo para desarrollar su trabajo sino para poder equilibrar su propia vida. Nos cuenta que en las últimas semanas se ha leído hasta tres veces el libro Un verdor terrible de Benjamín Labatut en el que la literatura explora la ciencia y la ciencia se convierte en literatura.

A Ariana le encanta casi todo tipo de música, y muy especialmente, destaca que la mejor opera del mundo en toda su existencia es para ella Tristán e Isolda de Richard Wagner.