Catalina Vázquez es una asturiana llegada de Galicia

Tiempo de lectura: 2 minutos

Catalina (Cati) es una gallega que lleva toda la vida en Asturias, estudió Diseño y Moda, sector en el que desarrolló su labor profesional para una de las primeras marcas mundiales y después con la diseñadora española Kina Fernández

Pero ahora en su tierra gijonesa de acogida –ya casi es totalmente una verdadera asturiana- trabaja en la Dirección Comercial de un gran laboratorio farmacéutico. Lejos de la localidad coruñesa de Mugardos donde nació.

En la familia de Cati no existen antecedentes de fumadores de puros. Ella estuvo entre los 17 y los 30 años fumando cigarrillos. Luego lo dejó y hace cinco años se inició en el mundo de los Habanos. Le podemos echar la culpa a David Fernández-Prada, su pareja, también periodista.

“La diferencia entre el cigarrillo y el habano es muy grande, porque el cigarrillo tiene una dependencia que en el puro no se da y en los Habanos puedes disfrutar fumando de vez en cuando”, nos dice Cati.

“Los puros son como algo memorable. Son momentos de placer, y no sé bien si me apetece un puro en un momento de placer o es el placer que me trae el puro”, afirma Cati.

El primero habano que se fumó Cati fue en un safari en Tanzania en un sofá de piel ante una hoguera y no recuerda muy bien que vitola fue, pero luego sí ha fumado de distintas marcas, aunque “los que más fumamos es Cohiba siempre con David”, señala Cati.

Cuando sale de viaje con su pareja ella es la que prepara los Habanos para llevar y entre ellos siempre hay diferentes vitolas de Romeo y Julieta, Partagás, Montecristo, y Cati suele preferir los del estilo de los Robustos y los prefiere “con cuerpo, igual que los vinos, más bien fuertes…”.

Precisamente esos momentos en los que fuma es porque siempre se va a algún viaje. También en situaciones especiales como hace poco en la terraza de un hotel de Lanzarote con una palmera al lado, y en medio de la conversación tiene tiempo para disfrutar de un habano, disfrutar de la compañía y “es cuando se detiene el tiempo”.

Entre sus aficiones Cati destaca la bicicleta que le encanta y después de 20 o 25 kilómetros disfrutar de una sidrina y bucear en vacaciones, aunque también lee mucho de géneros muy variados, pero no le gusta la novela negra, si bien le encanta la narrativa como la novela «Las imperfectas» de la autora italiana Federica Paoli.

En el mundo musical Cati prefiere especialmente Sade Adu, Enya, los Rolling, la música de toda la vida, y también los fados, aunque también escucha bastante a Silvia Pérez Cruz.