InicioACTUALIDADContrapunto entre Montecristo Open Junior 10 años y Valenciso Reserva 2016

Contrapunto entre Montecristo Open Junior 10 años y Valenciso Reserva 2016

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El Montecristo Open Junior 10 años añejado es un habano de referencia para quienes tratan de obtener unos magníficos sabores, fortaleza de carácter medio y corta duración de la fumada, lo que supone un buen maridaje con un vino de la Rioja Alta como el Valenciso Reserva 2016, de una añada considerada como “muy buena” por el Consejo Regulador

El Open Junior se ha elaborado después de diez años en las galeras de la fábrica de Montecristo. Dispone de 100 milímetros de longitud y un cepo 38. Ha adquirido un relevante carácter con fortaleza de tipo medio/medio (tres sobre cinco). Además, dispone de una serie de matices que lo hacen muy apropiado para degustar en una sobremesa no excesivamente larga.

Mientras tanto, en la copa disponemos del vino Valenciso Reserva 2016. Una vez que se ha oxigenado debidamente. Y mientras degustábamos nuestro típico plato asturiano de Carne Gobernada. El vino presenta un intenso color rojo cereza muy limpio y brillante. Su aroma nos deja los rastros de la fruta bien madurada.

Los primeros compases de este Montecristo, denominado como vitola de galera Trabucos, nos recuerdan, con su espléndido tiro, todos los rastros del tabaco negro cubano con cierta levedad en las bocanadas iniciales, pero que enseguida toma la cavidad bucal su intenso sabor tabaquero y su humo bastante denso.

El Valenciso Reserva 2016 es un vino de uva 100% tempranillo. Uva cosechada en pagos de altitud entre los 480 y los 610 metros, en el norte de la Rioja Alta. Cuenta con 14,5 º de alcohol. Está criado durante 17 meses en barricas, 90% de roble francés y 10% de roble del Cáucaso. Para, después, pasar de nuevo a cemento, donde el vino sedimentó y se estabilizó de forma natural durante 14 meses.

Al encontrarse en las papilas gustativas los toques picantes y terrosos de nuestro habano con el trago largo, complejo y equilibrado del vino se forma una sinfonía de sensaciones. La que deja en boca el tabaco y los rastros de la fruta madura del vino son los principales protagonistas.

La sensación del vino es elegante y sabroso. La cavidad bucal envuelve el paladar con su volumen aromático. Esto hace del trago un paso ligero y fácil que se une a la fortaleza pujante del habano. Su humo nos inunda la boca de notas picantes y también terrosas, lo cual, supone una completa tanda de gratas sensaciones.

Ya en el último de los tercios del Montecristo Open Junior 10 años añejado, después de apenas media hora de fumada, comprobamos que los sabores del tabaco, que poseen una fortaleza algo menor que la ligada de los cigarros de la marca más clásicos, maridan muy adecuadamente con los del Valenciso Reserva 2016 de una manera equilibrada, persistente y bien finalizada.

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