Contrapunto entre Ron Barceló Platinum y Partagás Serie E Nº 2

Este mes nuevamente contrapunteamos tabaco y ron para convenir el espléndido maridaje que se consigue al fusionar en boca el denso humo del Partagás Serie E No. 2 y el ron dominicano categoría Premium Barceló Platinum que es suave y fresco

Mientras enciendo el habano derramo el ron en un vaso amplio en el que pongo una cortadura de piel de limón con un cubito de hielo. Se desprende un aroma a notas cítricas, una presencia incolora de transparencia total y una textura cristalina.

Esta vitola de Partagás, quizás una de las más apreciadas por los aficionados a los Habanos, tiene 140 milímetros de longitud y de cepo 54 (21,43 mm. de diámetro). Además de un peso de más de 20 gramos de tabaco y su nombre de galera es Duke.

Tras las primeras bocanadas del puro, una vez que las papilas gustativas han percibido bien los rastros tabaqueros, bebo un poco del destilado resultado de rones envejecidos en barricas de roble americano y sometido a un delicado y novedoso proceso de filtrado del propio Añejo de la compañía Barceló.

Los inicios son fuertes y contundentes. Destaca la presencia misma de tonos picantes no muy incisivos del Partagás que se unen en boca convenientemente y con muy buenos resultados al ron suave y redondo. En él percibimos también notas de cítricos. Además y debido a su relativamente baja graduación (37º) presenta una estupenda cremosidad.

Este Platinum es un ron muy curioso ya que es un producto obtenido de la caña de azúcar y del color ámbar clásico de los rones añejos se ha pasado al transparente, a través de una filtración extra, lo que supone una innovación muy particular sin que el destilado pierda para nada su carácter ronero.

Mientras avanza la combustión del Partagás Serie E No. 2, en el que priman los sabores fuertes debido al mayor “porciento” (como dicen en las fábricas cubanas) de las hojas del tabaco denominado ligero que da a la ligada la mayor fortaleza y sabor, y que se encuentra en la parte superior de la planta, los rastros cítricos y frescos del ron acompañan perfectamente el maridaje en boca.

Ya en el segundo tercio avanzado de nuestro habano prosiguen los toques de pimienta negra, algo de madera y cacao. Todos estos aromas se acoplan perfectamente con el ron dominicano. En el retrogusto mantiene su origen con recuerdos a vainilla y frutos secos como consecuencia del envejecimiento.

El calor añadido al habano gracias a la progresión de nuestra degustación, que se prolongó por más de sesenta minutos, hace que la entrada en boca del Platinum, fresca y muy agradablemente cítrica, determine un maridaje estupendo con altas cotas de sensaciones en boca al unirse el denso humo del Partagás con el discurrir de ron.