InicioDE AUTORDamas con vitolaKatalina Mikhailova: los habanos son para mi soledad

Katalina Mikhailova: los habanos son para mi soledad

Tiempo de lectura: 3 minutos

Katalina Mikhailova, a quien los amigos llaman Katy, es una joven emprendedora, que se toma la vida con bastante aceleración y al mismo tiempo con la exigencia que requiere dirigir una revista como Fearless, que ella misma define como la primera revista de lujo sostenible y fotografía social

Katy nació en Erevan, la capital de Armenia, pero apenas con catorce meses se la trajeron sus padres a Madrid. Por eso, ella se siente de verdad madrileña. Madrid es la ciudad donde estudió desde niña hasta licenciarse en Periodismo en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense.

Procede de una familia formada íntegramente por músicos. Su madre es concertista de piano y su hermana Elena está considerada como una de las violinistas más prestigiosas del mundo. Katy quiso estudiar Periodismo y antes de finalizar sus estudios ya estaba trabajando especialmente en el mundo de la información radiofónica y en alguno de los periódicos madrileños de mayor tirada.

Pero sus inquietudes y proyecto la llevaron a fundar, crear y dirigir la revista Fearless. La traducción al español (valiente), que la representa absolutamente por la seriedad que impone en el desarrollo de sus trabajos que, además, cuenta con una agencia de comunicación.

Absolutamente apasionada de la vida, para nuestra charla elige un Montecristo Open Regata. Pide una cerveza bien fría para maridarlo, aunque le advierte que su habano se pueda maridar sobre todo “emocionalmente”.

Aunque en su casa familiar alguna vez vio a su padre fumar en pipa y algún habano, Katy no ha comenzado su inmersión en el mundo de los cigarros cubanos hasta hace apenas unos pocos años. Nos dice que prefiere las sensaciones menos fuertes, como los Hoyo de Monterrey, y sobre todo de cepos más bien de calibre mediano o lo que ella define como “finos”.

Katalina defiende sus momentos particulares. Casi diría que solitarios para degustar sus Habanos en la terraza de su casa en el barrio de Salamanca. Pues reconoce que la degustación de un puro la lleva a integrarse consigo misma en sus momentos y vivencias.

Apasionada como es Katy, que a los trece años consiguió leer Lolita, de Vladimir Nabokov, en la que se relata la relación de una jovencita con un hombre mayor, hoy no lee mucho, pero recuerda con intensidad Rayuela (de Julio Cortázar), libro que narra la historia de Horacio Oliveira, su protagonista, y su relación con La Maga, con todas las interioridades del amor y de sus emociones.

Asimismo, recuerda también con cariño Niebla, de Miguel de Unamuno. Con los problemas de amoríos y existenciales que vive el protagonista al cuestionar su cotidianeidad y al enfrentarse con el propio autor.

Vital, muy motivada por todo lo que emprende. Con una gran disposición a enfrentarse al toro por los cuernos, Katy ha encontrado su desfogue físico en el gimnasio. Aquí acude cada dos días y donde practica Kick Boxing. Se trata de un deporte de combate de pie. Es una forma de boxeo, basados en patadas y puñetazos que la define a sí misma a la hora de emprender su vida.

En medio de una familia tan artísticamente musical a Katy la obligaban a ensayar con violín desde muy joven. En ese entorno ama la música clásica del siglo XX especialmente con autores como Prokofiev y Jachaturián. Pero en nuestra conversación no elude reconocer que el flamenco es otra de sus pasiones. De entre sus palos elige la soleá (complejo y cargado de sentimiento) y el martinete, cante valiente que normalmente se hace proyectando la voz por una sucesiva escala ascendente, lo cual define bastante a nuestra Mujer con Vitola de este mes.

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