InicioACTUALIDADMafe Zuluaga aprendió a amar los habanos trabajando

Mafe Zuluaga aprendió a amar los habanos trabajando

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Mafe Zuluaga es una ciudadana del mundo, pues, aunque nació en Colombia a los ocho años la familia la llevó para Venezuela. Vivió en Miami y después retornó a Caracas para desarrollar su labor en el sector bancario

Después de unos años Mafe, a quien le encantan las soluciones financieras, ha desarrollado su labor profesional en bolsa y en otros negocios en el entorno de uno de los cuales conoció a una persona que manejaba en Venezuela la distribución de Habanos.

Fue precisamente en esa relación socio/profesional cuando Mafe aprendió a disfrutar de los cigarros cubanos e inició su idilio con los mismos de lo que hace ya más de veinte años, pues al percibir los aromas de los Habanos se dijo a sí misma “esto tiene que tener algo bueno…”.

Después se independizó de esas tareas y se especializó en seguros, por lo que ahora está asociada a varias compañías en el área de los seguros internacionales mientras prosigue con su afición por los Habanos.

Y tanto es así que nos cuenta que en sus comienzos fumaba los cigarros de forma esporádica, pero hace ya años que raramente deja de degustar uno o dos cada día, y aunque prueba de distintos orígenes lo que de verdad le gusta es tener los criterios convenientes para saber lo que le gusta “…los Habanos”.

Mafe recuerda que el año pasado hizo un curso on line que le permitió la certificación de “Junior Habanos” de la mano de Javier Velasco Triana desde Colombia y aunque no recuerda exactamente cuál fue la vitola sí que permanece en su memoria que el primero de ellos fue un Trinidad.

Ahora mismo su favorito es el Bolívar Libertadores y otras de sus marcas preferidas también son Partagas “que la disfruta muchísimo” y en tercer lugar Romeo y Julieta, aunque hay un formato pequeño que es el Petit Edmundo de Montecristo que le encanta.
Todo lo que sea en el mar es su mayor afición (kayak, padelboard, etc), pues para Mafe es un privilegio estar a una hora de la costa, pues “los vientos que llegan al norte de Venezuela son caricias en el litoral central en La Guaira y otras hacia el este como Higuerote”.

Entre semana hace caminatas dentro del barrio donde vive, pues el barrio de Santa Marta es una zona privada y segura, aunque también le encanta leer.

Hace seis años que estudia la Cábala, que es una disciplina y escuela de pensamiento que busca definir la naturaleza del Universo y del hombre, la base y propósitos de su existencia y otras cuestiones relacionadas con la ontología, lo que ello ha aportado a su vida “un enfoque de disfrute de cada proceso de situaciones; verlas como retos, pues se trata (como la fumada de un cigarro) de una técnica de meditación que consiste en observar la realidad en el momento presente, sin intenciones de juzgar y con plena apertura y aceptación”, nos dice Mafe.

Esta aficionada, que a veces organiza en su propia casa reuniones de catas de Habanos y maridajes, nos dice que es poco melómana, aunque sí que le gusta el Jazz como el del trompetista Chris Botti, la bossa nova, los ballenatos colombianos, y –como no- le encanta la música cubana y los danzones, pero también sabe apreciar el flamenco de Niña Pastori o Diego el Cigala, Luz Casal.

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