InicioDE AUTORDamas con vitolaMaría Carretero: escultora con aromas de habanos desde la infancia

María Carretero: escultora con aromas de habanos desde la infancia

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María Carretero es una de las más prestigiosas artistas reconocidas por sus esculturas en lugares públicos y su máxima es que hay que ganar espacios para la vida y que los entornos urbanos adquieran la naturaleza de los seres humanos que acuden a ellos

María es madrileña de nacimiento, gallega por convicción y canaria por su matrimonio con el arquitecto Domingo de Famara. Estudió arte y arquitectura en Colonia. Hizo además las correspondientes ampliaciones en París y Roma. Actualmente es miembro del ISC de Washington.

Llega a nuestra cita en la sede del Club Pasión Habanos. Para nuestra charla elige un Hoyo de Monterrey Epicure No. 1. Lo acompaña de un Oloroso de Bodegas Lustau para maridar a lo largo de la conversación.

Enciende el habano con cerillas porque dice que el aroma de los cigarros cubanos lo tiene muy presente en su memoria olfativa. Presente pues su padre, el músico Martín Carretero, los fumaba y mientras componía con su guitarra dejaba espacios de reflexión mientras aspiraba el humo.

María dispone de estudios en Madrid, Galicia y Lanzarote. Es donde ha desarrollado su carrera como escultora. Cuenta con numerosas obras en varios países. No obstante, hay una de la que está realmente muy orgullosa que es el conjunto escultórico Homenaje al Peregrino de Sarria (Lugo). Está situado justo en el kilómetro 111 del Camino de Santiago francés.

Nuestra Dama con Vitola de este mes ya otoñal es una artista multidisciplinar. Ella combina en su trabajo la pintura, la escultura y arquitectura. Todo ello  impregnado en sus obras de humanismo y poesía.

María comenzó a fumar Habanos precisamente cuando falleció su padre. Hasta ese momento no lo había hecho nunca. Pero aún siente todos los recuerdos vividos a lo largo de los años junto a su progenitor y sus volutas de humo azul.

Precisamente por ello comenzó a asistir a comienzos de este siglo a las cenas del entonces denominado Club Epicure.  Allí se daban cita aficionados de toda España en distintas capitales de la península.

Tanto ella como su esposo han mantenido la costumbre de degustar sus Habanos no solo en la intimidad de su hogar sino también en lugares públicos. Recuerda cuantos se fumó en el famoso restaurante Zalacaín antes de las normas restrictivas del segundo lustro de este siglo.

A nuestra Mujer con Vitola le encantan prácticamente todas las marcas de Habanos, aunque recuerda que el primero de ellos que se fumó fue un Cohiba Siglo V.

María, que gusta para sus obras de los materiales nobles como el bronce, el mármol y la piedra, es no solo una amante de la música clásica, sino que por sus estudios en el Conservatorio todavía practica el arte del canto según el estilo de la ópera italiana romántica.

Le gusta andar y nadar, especialmente en el mar y ahí le sale no solo su vena gallega sino también el hecho de ser consorte de un lanzaroteño que fue amigo y buen seguidor de Cesar Manrique.

Ambos, mano a mano, se dedican a elegir sus mejores momentos para degustar en ocasiones sus vitolas de preferencia, aunque asegura que cualquier cigarro cubano le es grato no solo para degustar sino también para el recuerdo.

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