Patricia Miranda: los habanos la acercan a su abuelo

Patricia Miranda Hebles nació en Blanes, plena Costa Brava, y lleva allí toda la vida salvo los años que fue a Barcelona a estudiar Educación Infantil y Primaria, profesión que ahora ejerce con niños de tres a doce años

Cursó sus estudios en la Universidad Ramón Llull Blanquerna. Es una de las cinco mejores de España y que trata de potenciar la excelencia académica. Tras lo cual estuvo como profesora en un colegio grande de la capital catalana, pero el tirón familiar la hizo regresar pronto a su querido Blanes.

Patricia nos dice que ahora “va dando vueltas” por distintos colegios públicos de su pueblo, conocido como el «Portal de la Costa Brava», dentro de la provincia de Girona y con apenas 40.000 habitantes, y afirma que le encantan los niños de unos tres años porque “a los pequeños se les ve la evolución y acabas con cinco con un gran desarrollo mientras te sorprenden con sus conclusiones y aprendes con ellos”.

Enamorada de su profesión de maestra de niños, Patricia nos cuenta que regresó a su Blanes natal porque el entorno familiar tira mucho de ella y se pone algo nostálgica cuando recuerda a su abuelo –que siempre fumó puros- porque le recuerdan los aromas de los cigarros cubanos de su infancia y cuando pasaba por la calle alguien y los olía in mente se decía a sí misma “¡¡¡como mi abuelo¡¡¡”.

Hace un par de años su pareja se empezó a interesar por el mundo de los Habanos y ella también se involucró porque le gustaba a él, ya que, de esta forma, se siente que está más cercana a su abuelo porque “tenía esa espinita y cada vez que me fumo uno me siento más cerca de mi abuelo”.

No recuerda bien si fue un Hoyo de Monterrey o un Romeo y Julieta su primer habano, aunque ahora sus marcas favoritas, hoy por hoy, son ambas junto con H. Upmann y Rafael González Márquez, aunque hay “tantísima variedad” que le encanta probar cigarros que no conoce, pero su estanquero de Blanes les recomienda y ayuda.

Patricia nos dice que es más bien de fumar en ocasiones puntuales, aunque le gusta elegir mucho el momento como en los fines de semana por la tarde noche, algún día después de comer con el carajillo de Baileys que es la combinación más dulce de whisky y nata irlandesa o también por la noche con una copa de vino blanco y en función de cómo lo quiera acompañar, pero siempre con Ulises, su pareja.

Prefiere los formatos de calibres pequeños (40, 44 o 46), aunque también ha fumado vitolas de mayor tamaño pues hay algunos que le parecen más cómodos.

Lleva habitualmente su entrenamiento personal al aire libre practicando calistenia y con entrenador, normalmente tres días a la semana pues no le gusta el gimnasio y sí el buen ambiente con su grupo.

Últimamente, “como no tengo mucho tiempo, leo sobre inteligencia emocional y el conocimiento de las propias emociones, la capacidad de controlarlas la disposición de motivarse a uno mismo, como señala el autor Daniel Goleman”, pues le gusta la psicología y el aprendizaje sobre el desarrollo evolutivo de los niños.

En cuanto a sus gustos musicales a Patricia le encanta casi todo el tipo de música; el reguetón para bailar; canciones que transmitan sentimientos; pop sentimental más emociones, y sobre todo “que la música me deje escucharla, que transmita y sea emotiva”.