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Es el nuevo ‘hot spot’ de ocio del barrio de Salamanca
El renovado hotel Meliá Madrid Serrano acoge a partir de enero un nuevo espacio gastronómico en plena ‘Milla de Oro’ madrileña. Se trata de Arado, Grocery & Restaurant, que ocupa la planta baja del hotel. Un restaurante con un colmado de productos gourmet, una barra de cócteles y una preciosa terraza interior. Su concepto gastro está basado en la cocina tradicional renovada de libros icónicos del imaginario culinario español, desde la Marquesa de Parabere, pasando por Simone Ortega o Mayte Commodore hasta los fascículos de recetas de cocina de La Enciclopedía Salvat de la Cocina.
Es pues un homenaje a la cocina de raíces, reivindicando el producto nacional con toda su idiosincrasia y riqueza.
Arado simboliza todo un estilo de vida
ARADO nace de una simple idea: convertir tradiciones arraigadas de nuestra cultura en nuevas costumbres de la mano de una propuesta gastronómica de altura combinada con ingredientes de primera calidad de nuestra tierra, en un espacio sofisticado moderno y cómodo. Es la sensibilidad hacia la tradición, la cultura y el territorio. Una oferta gastronómica que nos recuerda los sabores de antaño y los renueva con una puesta en escena actual. Un concepto gastronómico que es una viaje al resto del mundo con los productos españoles.
Arado significa estilo de vida: reuniones, sobre mesa, coctelería, bar, lounge, eventos, entretenimiento, ocio, viaje gastronómico y sobre todo Experiencia con mayúsculas. Un concepto ‘all dining’ para poder comer algo a cualquier hora. Se reivindica como tendencia la iconografía del Barrio de Salamanca, desde las señoras cardadas y con mechas, pasando por los portales señoriales, las iglesias y colegios de referencia, los palacetes con solera, las tiendas de caza o el shopping de lujo. Como un Park Avenue neoyorquino pero en Serrano.
Un estilo parecido al de los hoteles internacionales, que en un mismo espacio integran una experiencia de ocio global, que va desde lo gastronómico, a lo mixológico con su barra de cócteles, pasando por el Afterwork y una terraza interior. Espacios ideales para eventos y fiestas privadas. El espíritu cosmopolita del barrio de Salamanca empapa el concepto de Arado, que se siente orgulloso de ese lado chic y castizo y de afirmar #yosoydeserrano, una zona de Madrid icónica y con mucha historia. El espacio de Arado será el sitio ideal para un ‘break’ en el barrio.
La cocina hace guiños foodies al imaginario Gastropop
En la carta de Arado hay homenajes a iconos gastro de la cultura popular que son la esencia de la cocina tradicional. Los libros de recetas de Simone Ortega (el famoso ‘1080 recetas’), La Cocina de Mayte Commodore (con su libro ‘La Cocina de Mayte’), o la Enciclopedia de la Cocina Salvat por fascículos… Libros de recetas esenciales en la ‘comfort food ibérica` y el imaginario gastro de varias generaciones. También programas de televisión como ‘Con las manos en la masa’ de Elena Santonja, o ‘Entre Platos anda el juego’ con Doña Croqueta y Juanito Navarro. Guiños foodies divertidos, irreverentes, casi políticamente incorrectos gastronómicamente hablando, pero que son tendencia en los fogones millenials. Como Arado pretende trasladarnos a un colmado, a través de su carta recorremos la carnicería, la pescadería, la pollería, la huevería y la pastelería. Como una gran ‘Tienda de Ultramarinos’ gastronomizada.
Una casa de comidas gastronomizada con un Josper y un Colmado
La idea es aportar a la gastronomía madrileña del restaurante un toque innovador, a través de la tendencia de la ‘retro-cocina’ que está representada por platos sencillos sin grandes ambiciones. Gastronomía popular que gusta a todo el mundo. Un vuelta de tuerca a la ‘cocina brutalista’ homenajeando a iconos gastro como son los platos de cuchara, típicamente españoles y conocidos en todo el mundo. Arado tiene una cocina castiza 100% exportable.
Comer de cuchara en Madrid es comer en Arado. Cuenta con un plato distinto para cada día de la semana : alubias Tolosa con sus sacramentos en hoja de col (lunes), guiso de garbanzos y ajetes con berberechos y tuétano en salsa (martes), lentejas estofadas con crema de foie y pato (miércoles), cocido madrileño (jueves) y canelones de ropa vieja con foie (viernes). Platos de toda la vida, actualizados por el chef David Masllorens Pérez, un profesional curtido en las cocinas de restaurantes como Arzak, El Amparo, el hotel Santo Mauro, Dassa Bassa o el Meliá Madrid Princesa.
Su experiencia en esos importantes fogones le ha permitido crear una alquimia de sabores potentes al horno Josper, jugando con las texturas y los sabores, evolucionando el concepto de ‘Casa de Comidas’, a un nivel superior con notables notas gastronómicas.
Por ejemplo, la estupenda textura a la brasa del pulpo con aceite y pimentón, el toque ‘crunchy’ de las verduras como la coliflor y cebolleta con almendra cruda y chimichurri, el punto exacto de cocción de los platos de pescado (mero a la brasa, infusionado con jugo de pimiento escalibado y almendras con langostinos al ajillo, o la pieza de dorada a la brasa servida con mantequilla negra arado y verduritas ‘crunchy’), la elaboración de mantequillas propias, de guarniciones evolucionadas como los bizcochos de pimiento, e incluso guiños a la cocina molecular, recreando en su aperitivo la famosa aceituna esferificada de Ferrán Adría. Todo cabe en este concepto de comida. Bien es verdad que cuando lo probamos detectamos que aún está en proceso de acoplar y coger el punto a la comida, pero este restaurante tiene un futuro prometedor porque aúna sabores de antaño con una estética moderna y unas técnicas nada convencionales.
Dentro de su carta encontramos ambrosías como el bacalao a la brasa con fritada de berenjenas, ajo asado y bizcocho de piquillos; el lomo de ternera Sierra de Guadarrama D.O, salteado de zanahoria y nabos, acompañado de patatas en carbón de puerro; la carrillera de ternera con puré de calabaza, cebollitas glaseadas, perlas de yogurt de romero; o el cochinillo con mole de ajo negro puré y crujiente de castañas. Platos contundentes y llenos de sabor tradicional, pero con toques gourmet muy conseguidos. Y no podemos dejar pasar su hamburguesa a la española de ternera de la Sierra de Guadarrama I.G.P con cebolla caramelizada y queso Cheddar. Hay para todos los gustos.
Repostería castiza 2.O
En cuanto a los postres, tiene un marcado acento madrileño y rinden homenaje a esas pastelerías y confiterías de toda la vida del centro (El Pozo, San Honofre, El Riojano, La Violeta…) trabajando de manera actual clásicos del dulce como una manzana asada, unos canutillos de crema pastelera o un aroma de violeta. Referencias a los dulces populares madrileños en postre de verbena gastronomizado en forma de deliciosa manzana asada con cuajada y crema – uno de los postres que más me gustó porque está pleno de sabor y matices-; o una sorprendente repostería castiza 2.0 en unos canutillos de hojaldre con crema pastelera – una crema pastelera de 10 pero quizás con el hojaldre algo mejorable-; o una tarta de merengue deconstruida con crema de arroz con leche, helado de mandarina y mini merengues a la esencia de violeta. Bombas de azúcar deliciosamente procesadas.
Carta de Vinos
Carta de vinos no demasiado extensa pero muy bien elegida.
Probamos Lalama, vino tinto de la D.O. Ribeira Sacra. Con un bonito color cereza brillante. Mencía, Brancellao, Mouratón, Sousón… Variedades autóctonas que aportan a este vino la frescura del Valle del Bibei. Se trata de un vino con mucha personalidad, muy afrutado, notas de frutas rojas muy golosas con muchos matices minerales, herbáceo y con notas balsámicas del propio terroir. Sabroso, taninos elegantes y una acidez marcada por la fruta. Fácil de beber y amable.
Se aconseja decantar un par de horas antes de su consumo. Pueden aparecer precipitados que no afectan a la calidad del vino.


Más allá de su cocina y estupendo servicio, se ofrece una experiencia gastro distinta y llena de sensaciones. Compartiendo recuerdos y memorias de paladar, que perdurarán en nuestra mente, en plan ‘comfort food’ pero en el estiloso barrio de Salamanca y en plena milla de oro madrileña. Sin lugar a dudas, Arado es una de las aperturas más esperadas de 2018, con el sello de más de 30 años de los hoteles Meliá, una opción privilegiada para sibaritas y amantes del travel & living, recibiendo de todas partes del mundo familias y viajeros que valoran el buen hacer de la casa.
Un concepto ecléctico e innovador que estoy segura que dará mucho de qué hablar en el marco de la gastronomía madrileña. Una fiel apuesta por lo auténtico versionado sin perder la esencia y teniendo como punto fuerte el sabor y el cuidado de la materia prima.

