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José Masaveu: «La sensibilidad lo es todo»

Tiempo de lectura: 13 minutos

Publicado por Ana Belén Toribio en Oct 28, 2019 en ACTUALIDADDE AUTOR, PERSONAJES

Entrevistamos a José Masaveu. Director General de Masaveu Bodegas

 

Perfil

Es curioso, no sé qué es más si empresario o bodeguero, pero lo que sí sé es que busca la excelencia en todo lo que hace, porque es perfeccionista consigo mismo y le gusta hacer las cosas bien. Realmente, me ha confesado que le hubiera gustado, entre otras cosas, ser compositor y tocar sus propias canciones, pero lo que no se da cuenta él mismo, pero sí los demás que le conocemos, es que él compone sus sinfonías y canciones en cada uno de sus vinos porque dispone de ese duende en forma de sensibilidad que le hace grande y que aflora en cada composición en forma de botella que él mismo cata antes de salir al mercado. Porque él es el director de su propia orquesta vitivinícola cargada de talentos.

Es versátil como pocos, dispuesto, emprendedor, creativo, ambicioso en conseguir logros, pero humilde en la comprensión del otro.

No obstante, quizás el rasgo que más le define es la elegancia.  Es un gentlemen. Exquisito en sus modales, educado y atento. Tímido, inteligente y capaz. Valiente. Leal y honesto. Virtud esta última que valora en extremo. ¿Algún defecto?. Ese nivel de autoexigencia que no le deja descansar porque este ser creativo siempre busca y busca lo bueno. Le gusta rodearse de los mejores y selecciona su equipo con el mismo mimo que cuida sus bodegas: Murua en D.O.Ca. Rioja, Fillaboa en D.O.Rías Baixas, Pagos de Araiz en D.O. Navarra, Leda en V.T. Castilla y León y Valverán en Asturias donde elabora sidra de hielo.

José Masaveu es sutil como pocos y está plagado de matices. Es un caballero que desprende gallardía y clase. Domina la ironía y practica el sentido del humor inteligente y rápido. No le he preguntado directamente, pero pienso que es religioso y que le gustan las personas con valores. Es agradecido y generoso con la vida y con la gente.

Por su aspecto y elegancia innata podría pensarse que es un hijo de buena familia que nunca ha roto un plato y se lo han dado todo hecho…, pero…, nada más lejos de la realidad, porque es un todoterreno; una persona capaz, intuitiva e implicada en cada proyecto que emprende. Acomete todos los trabajos que sean necesarios poniendo todo de su parte. Sabe lo que es el sacrificio y la dedicación.

Desde su madurez y sabiduría vive con plenitud las sensaciones y las emociones que su sensibilidad le permite percibir. Porque posee la sensibilidad de la música y del arte que le predispone a ver la belleza de lo que hay detrás de cada cosa y sabe que, eso, no lo tiene todo el mundo. A pesar de que vive deprisa, porque es inquieto y creativo y está muy ocupado, confiesa que busca cada vez más el tiempo para parar y recrearse en la belleza.

Aunque su vocación le llegó tardía ya desde niño las uvas le gustaban.

Siente cada estímulo de forma intensa y le gusta. Busca la pasión en cada cosa que hace. Su pasión por el vino le llegó tardía, pero siempre llevó al duende dentro y de pequeño, ya los indicios le marcaban el camino que iba a seguir.

Si fuera un perfume creo que sería Fahrenheit de Christian Dior… porque es una rareza olfativa. Una fragancia que se construye en torno a la unión experta de extremos que se atraen de forma casi magnética: frío y calor, sutileza y potencia. Notas de almizcle, amaderadas y florales.

La elegancia y la sensibilidad son algunos de sus rasgos.

Comenzamos la entrevista

Gastroystyle: ¿Puedes presentarte por favor?

José Masaveu: Mi nombre es José Masaveu. Director General de Masaveu Bodegas durante más de 20 años. Me defino como empresario vocacional y como muestra en su perfil de LinkedIn. Inversor y currante todoterreno. Dispuesto a colaborar en todo lo que necesite de su aportación con maestría y capacidad de gestión.

Gastroystyle: ¿cómo te iniciaste en el mundo del vino?

José Masaveu: Me inicié en el año 1998 con el proyecto de Valverán. Aunque me licencié en derecho en la universidad de Navarra, empecé a gestionar bodegas en el año 2000, previamente fui responsable de todos los seguros del grupo y gestionaba temas inmobiliarios, fincas, etc. El vino fue una vocación tardía.

G.S.: ¿Por qué esta pasión por el mundo del vino?

J.M.: Quizás es porque me apasiona todo lo que está relacionado con este mundo. Por circunstancias realizo mucho trabajo de oficina, pero a mí lo que me entusiasmaría sería vivir en el campo y dirigir cada bodega desde allí. Ese sería mi sueño.  Va un poco contra natura estar todo el día en oficina… pero dirigir 5 bodegas lo exige. Es lo que llevo haciendo toda mi vida, pero no es lo que me hace más feliz. Cada viaje que realizo a las bodegas es como irme de vacaciones y recargar pilas.

Un rasgo de mi personalidad es el ser muy perfeccionista. Me gusta mucho buscar la excelencia y los retos. Cuido los detalles. Me apasiona el campo y todo lo que está relacionado con el arte. El vino es una gran obra de arte. Un gran vino te puede emocionar igual que un cuadro. La sensibilidad  debe de comulgar y ser el origen de una gran obra de arte.

G.S.: Parece que una vez que conoces este mundo y lo amas de algún modo es difícil desvincularse, como si te atrapara… ¿Cuál es tu opinión al respecto?

J.M.: Sí. El mundo del vino es pasión. Es sensibilidad. Es tu vida y  al final te da mucho y por eso cuesta mucho salirse de ahí. Es un vicio positivo… te enamora y te seduce. Concibo el mundo del vino como el cantante que compone una canción y con ella, consigue hacer disfrutar y emocionar a quien la escucha. Forma parte de muchos momentos únicos de tu vida. Buscas que sea un negocio, pero también quieres que ese vino forme parte de momentos especiales de la gente que lo bebe y que lo disfruta y valora. El vino posee “una pequeña alma” y se expresa. Sólo hay que saber escucharle y ponerle palabras a lo que dice y a la cultura que transmite: origen, zona, clima, suelo… Esta emotividad es diferente en cada persona porque cada persona es única y lo siente diferente. Es muy gratificante que un amigo te llame y te sorprenda contando su experiencia de disfrute porque entonces el duende ha salido para mostrar sus virtudes y es cuando tu trabajo se ve recompensado.

Confiesa que es feliz entre viñedos.
G.S: El mundo del vino enamora, pero cuesta, es difícil hacerlo rentable ¿no?

J.M.: El mundo del vino cuesta mucho hacerlo rentable. Salvo las bodegas con historia que ya son conocidas y disponen de marca, las pequeñas y nuevas tienen dificultades para diferenciarse. A las bodegas de menos de 20 años les cuesta arrancar, porque salvo excepciones, como Bodegas Aalto de la que soy presidente y somos socios, que ha sabido posicionarse muy arriba en muy poco tiempo, el resto de bodegas debe dejarse ver y diferenciarse en un sector hiper competitivo. Solo en España contamos con más de 4.300 bodegas.

Vista exterior de la Bodega Fillaboa, que pertenece a la D.O. Rías Baixas en Galicia.
G.S.: Estas bodegas ya tienen tradición familiar… ¿La saga continúa?

J.M.: Sí. Nuestras empresas son sólidas y están consolidadas en el plano técnico, en el plano tecnológico y de innovación. Están creadas para que perduren.

Las bodegas pertenecen a una empresa familiar. Toda la familia está implicada y a todos nos gusta y nos apasiona. Sentimos el mundo del vino y Masaveu Bodegas dispone grandes vinos de calidad y muy bellas y grandiosas bodegas. Todas estas joyas enganchan y este proyecto perdurará durante muchos años.

G.S.: ¿Qué opinas del equipo del Masaveu Bodegas?

J.M.: No tengo palabras para definirlo. En este momento tenemos un gran equipo humano, que tardamos 5 años en crear y me siento muy orgulloso de él (hay que tener paciencia para alcanzar los grandes hitos). Estoy viviendo una época dorada dirigiendo las bodegas gracias a todo el equipo formado por gente competente, responsable y honesta, eso hace que se respire en la empresa un ambiente especial, familiar, y sea un placer  y un regalo el poder dirigirlos cada día. La base que sustenta un gran equipo es la cultura de los valores, fomentarlos y exigirlos.

Grandes profesionales con experiencia y conocimiento que disponen de los componentes más importantes para el éxito: una buena actitud, profesionalidad, trabajo bien hecho, búsqueda de excelencia y valores. Se trata de personas honestas con grandes virtudes. Como he dicho y repito, estoy en una etapa brillante y optimista en este sentido. Disfruto de mi trabajo y de mi día a día porque me siento bien rodeado y acompañado. Un equipo que se siente feliz trabajando siempre ofrece brillantes resultados a medio y largo plazo.

Masaveu Bodegas va a dar gratas sorpresas en los próximos años.

Sala de barricas de Bodegas Murua.
G.S.: ¿Existe el enoturismo en Masaveu Bodegas?

J.M.: El enoturismo existió siempre pero ahora mismo está profesionalizado. Depende de una persona que es Chelo Miñana, con la que estoy encantado y que se encarga de poner en marcha todos los proyectos. Ahora puedo delegar y eso me gusta, además de ser necesario. El equipo tiene que demostrar con actitudes y aptitudes que lo es, y para el empresario es un regalo que le permite centrarse en lo importante otorgándole tiempo para poder emprender otros proyectos.

Exterior de Bodegas Murua en Elciego (La Rioja).
G.S.: ¿Por qué Masaveu Bodegas y no Bodegas Masaveu?

J.M.: Fue un trabajo del departamento de marketing de Corporación Masaveu que se encargó de crear los logotipos y las imágenes de marca de todas y cada una de las áreas de negocio y de esta forma diseñar una unidad de imagen.

G.S.: ¿Qué relación encuentras entre arte y vino?

J.M.: La sensibilidad. El arte y la búsqueda de la excelencia te enseñan a trabajar la sensibilidad y los sentidos. Es una suerte contar con un equipo que comulga con estas ideas de respeto por el medio ambiente y la sostenibilidad, sino fuera así, sería imposible desarrollar el proyecto.

Nuestro enólogo Mathieu Barrault también destaca por la sensibilidad, es un artista, es alguien buscado y por fin encontrado. Lo necesitábamos. Mathieu es el pintor que expresa sus emociones a través del vino. Su lienzo son las viñas y su cuadro las botellas. El vino te emociona cuando esa pasión es  trasladada a la botella.  Los grandes vinos se elaboran en la viña, cuidando la viticultura como si fuera tu propio hijo.

La belleza de las cepas en todo su esplendor.
G.S.: ¿Bodeguero se nace o se hace?

J.M.: Me puedo definir como un currante todoterreno, como  un peón de campo, como un comercial de calle, porque he hecho de todo y he aprendido desde el terreno. No he nacido bodeguero, me he hecho bodeguero.

Mi vocación es tardía, con 22 y 23 años no consumía apenas vino. No entendía aún la cultura que hay detrás. Empecé a descubrir y a conocer con el tiempo, profundizando en este fantástico sector. A mis hijas les trasmito lo que hay detrás de una botella de vino cada día, desde pequeñas. Así es como se transmite la pasión y la cultura del vino.

G.S: ¿Qué diferencia hay entre bodeguero y empresario de bodegas?

J.M.: El negocio es el negocio y es importante que funcione, pero la calidad siempre tiene que estar por encima del negocio, a esto le llamo honestidad. Mi familia me ha apoyado en decisiones difíciles… por ejemplo, la añada de Murua 2002 que decidimos que no saliese al mercado porque no reunía los requisitos que exigimos para un vino de gran calidad. Era una añada sin defectos, pero sin virtudes. Personalmente me encargo de dar el visto bueno al vino y decido si tiene calidad o no y si merece salir al mercado. Practicamos cada año una auditoría de calidad en toda regla.

G.S.: ¿De tus bodegas cual es para ti la favorita y por qué?

J.M.: No existe ninguna favorita. A Llagares Valverán le tengo un cariño especial porque me trae recuerdos y también sufrimientos. Ha sido un proyecto de caerse cien veces y volver a levantarse otras cien. Es un proyecto de superación personal que me enseñó mucho. Como vino me encanta Leda Viñas Viejas.

VS Murua. Vendimia seleccionada y versatilidad en los maridajes.
G.S.: Si fueses uno de tus vinos… ¿Cuál serías y por qué?

J.M.: Me identificaría con VS Murua. Vino dinámico, con mentalidad joven, con energía, expresivo. Todoterreno en armonización culinaria. VS Murua puede jugar muchas ligas en los maridajes; También me identifico con Leda Viñas Viejas. Me gusta por el carácter que tiene y porque sabe transmitir lo que lleva dentro.

G.S.: ¿Recuerdas cuál fue el primer vino que tomaste?

J.M.: Murua.

El Llagar de Valverán en Sariego (Asturias)
G.S.: ¿Qué es lo mejor de tu trabajo?

J.M.: Dedicarme a lo que me dedico, gestionar todas las áreas de negocio, dirigir, exigir, asesorar, ayudar, animar … En definitiva, disfruto trabajando en este sector, disfruto viajando a las bodegas, de los grandes vinos que elaboramos y de la compañía de nuestro equipo. Disfruto de un gran producto siempre que sea con una buena compañía. Las buenas obras nunca se disfrutan a solas.

G.S.: ¿Para ti qué aptitudes ha de tener un buen enólogo?

J.M.: Sensibilidad, honestidad, responsabilidad, compromiso, capacidad de trabajo, conocimiento, experiencia y además, ser buen catador.

G.S.: Para ser un buen enólogo ¿hay que ser un buen sumiller?

J.M.: Para ser un grandísimo enólogo hay que tener sensibilidad para la cata además de las otras características que nombré en la pregunta anterior.

G.S.: ¿Qué crees que te hace a ti diferente de otros bodegueros?

J.M.: No lo sé. Quizás ser un empresario con sensibilidad que permite ver un poco más allá. Busco mejorar, persigo la excelencia. Soy inquieto, trabajador y curioso. Intento ser humilde, reflexivo, analítico e intento tratar a las personas como me gustaría que me tratasen a mí.

Reflexionando un pococreo que soy una persona difícil de conocer, por ello, la gente con el tiempo, suele cambiar de juicio y percepción sobre mí, al menos es lo que me cuentan. Todo es debido a que soy una persona con aspectos en mi personalidad contradictorios que no todo el mundo es capaz de comprender. Soy sensible, pero a la vez muy fuerte, jamás (al menos de momento) me derrumbo. Como empresario, me caigo y me levanto muchas veces, y no doy nada por perdido. También soy pasional – característica necesaria para la buscar la excelencia – pero también soy cerebral, reflexivo y analítico.

Una deliciosa sidra de hielo que a nadie deja indiferente.
G.S.: ¿Cuál crees que será tu mejor aportación al sector del vino para el futuro?

J.M.: El proyecto Valverán.

En Asturias había sidra natural, luego sidra champanizada y ahora está la sidra de hielo gracias a la aportación que hemos hecho siendo los primeros en España en elaborarla. Hemos ampliado una nueva categoría de producto con la añada 2007, de la que aún disponemos de botellas. En Asturias, hemos elaborado un producto que aporta valor a la manzana y en definitiva al sector. Innovar en este campo me hace sentir orgulloso.

A nivel de bodegas me siento feliz de dar ejemplo a mi familia que ve que me he dejado la piel, mejor dicho, mi vida, en este proyecto bodeguero, que es mi sueño. Masaveu Bodegas se va conociendo y consolidando como un grupo de bodegas de calidad.

G.S.: ¿Tienes idea de cuántos vinos has podido catar a lo largo de tu vida?

J.M.: No. Ni idea. Muchísimos.

G.S.: ¿Cuál es el peor vino que has probado o crees que nunca debió elaborarse?

J.M.: No lo sé. Parece que afortunadamente lo he borrado de mi memoria y no lo recuerdo.

Bodegas Pagos de Araiz en Olite (Navarra).
G.S.: ¿Cuál es tu variedad de uva preferida y por qué?

J.M.: Tempranillo y garnacha. El vino que más me emociona es Leda Viñas Viejas; ahora bien, me gusta el VS, Fillaboa, M de Murua y todos los que elaboramos… uno u otro depende del momento y de la comida con la que lo voy a armonizar. Complejidad y equilibrio en la tempranillo y la garnacha por su expresividad en matices.

G.S.: ¿Qué botella de vino no puede faltar en tu casa?

J.M.: Las de Masaveu Bodegas.

G.S.: ¿Qué falta por hacer en el mundo del vino?

J.M.: Más formación, sentido de responsabilidad, compromiso, tecnología para que los procesos de gestión y producción respeten y mejoren la tradición sin perder la autenticidad. Potenciar la comunicación, potenciar las marcas, más diferenciación. Dar prioridad a los departamentos de marketing y recursos humanos desarrollando y poniendo en valor el talento de cada persona.

G.S.: En cuanto a armonizar gastronomía y vino, ¿existe el maridaje perfecto?

J.M.: No. No existe la perfección. Intento buscarla, pero sé que es inalcanzable. La búsqueda de la  excelencia, que cada uno enriquezca al otro: el vino a la comida y la comida al vino.

G.S.: ¿Te gusta la cocina española?

J.M.: Me vuelve loco.

G.S.: ¿Tu plato preferido?

J.M.: No lo sé. Todo lo bueno/rico, partiendo siempre de una buena materia prima.

G.S.: ¿Escuchas música cuando bebes?

J.M.: A veces sí; me gusta. Escucho música mientras tomo una copa de vino o contemplo  un atardecer o un paisaje bonito, pero intento que sea siempre en compañía, el buen vino está hecho para ser compartido.

Estoy en una época en mi vida “curiosa”; me doy más tiempo y doy  más  tiempo  a las cosas, escucho más, cada acción necesita su tiempo, por eso quizás ahora me paro a contemplar situaciones a las que antes no prestaba atención. La madurez te hace meditar, reflexionar  y valorar.

G.S.: ¿Qué vino te gusta catar y por qué?

Todos. De todos algo se aprende.

G.S.: ¿Cuál es para ti el papel de la madera en el envejecimiento del vino?

J.M.: La madera aporta al vino no cabe duda, potenciando sus características y aportando distintos matices en las propiedades organolépticas. Además, con ella, y jugando con el tiempo y la temperatura, el vino se clarifica consiguiendo que sedimenten los compuestos inestables y también se consigue estabilidad del color gracias a la microoxigenación que se lleva a cabo a través de sus poros… Por otro lado, las largas crianzas en barrica, ayudan también – que no consiguen si estos son duros y de mala calidad -, a domar los taninos. Eso sí, la madera siempre debe de acompañar al vino, pero no enmascararlo.

G.S.: ¿Cuál es tu añada predilecta?

J.M.: No tengo ninguna predilecta.

Leda Viñas Viejas es un vino complejo y lleno de matices.
G.S.:¿Cuál es tu vino preferido de España?

J.M.: Muchos. Todos los buenos. Modernos y clásicos, no menciono marcas.

G.S.: ¿Y del mundo?

J.M.: Los grandes vinos del mundo. Los italianos de Toscana y Sicilia; los franceses de Bordeaux, y Borgoña; los californianos de Valle de Napa; en Australia los de Hunter Valley, Mudgee, Riverina; los Malbec de Mendoza en Argentina; en Sudáfrica en Stellenbosch, Constantia, Durbanville; en Chile los de los valles de Maipoy Maule: en Alemania los de Rheingau, Rheinhessen, Württemberg y algún vino blanco de Nueva Zelanda, etc. Muchos.

G.S.: ¿Si fueses un personaje histórico cuál te gustaría ser y por qué?

J.M.: Me gusta ser lo que soy con mis virtudes y defectos que debo mejorar. Me encantaría componer música, escribir (letras de canciones, poesía, historias…), crear, emprender, seguir aprendiendo. Mis instrumentos favoritos son la guitarra, el piano, el violín y el oboe.

G.S.: Por último ¿Cuál es la pregunta que nunca te han hecho en una entrevista y que te gustaría te hicieran?

J.M.: No me lo he planteado porque me han preguntado casi de todo.

José Masaveu es un gran amante del campo y de la naturaleza

Y así… en un ambiente relajado y lúdico termino la entrevista con José Masaveu al que doy las gracias por estas confesiones tan cercanas y emotivas.

Ana Belén Toribio
Ana Belén Toribio
Periodista y sumiller. CEO y Directora.

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