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Versión moderna de la casa madre que da un giro al concepto de asador
Desde finales de abril de 2015 el barrio madrileño de Las Tablas cuenta con un nuevo restaurante, La barra de Pelotari, en la calle Palas de Rey frente al metro de Las Tablas.
Se trata del nuevo proyecto empresarial del fundador del restaurante Pelotari de la calle Recoletos 3, Roberto Serrano, propietario también del Restaurante San Francisco en El Pardo.
Coincidiendo ese año con la celebración del 25 Aniversario de Pelotari, José Luis Serrano, hijo del fundador, decidió embarcarse en este proyecto junto a otros socios y darle un giro al concepto del asador vasco original para adaptarse a los nuevos tiempos en cuanto a imagen, espacios y decoración, desarrollando una carta asequible y manteniendo la calidad en las materias primas y saber hacer en la cocina.
El interiorismo viene de la mano de Graciela Higgins, una de las socias, en colaboración con el estudio de decoración Carrillo y con la aportación de varias piezas del artista madrileño Kike Keller, que dan personalidad al lugar.
Se han diferenciado varios ambientes donde predominan la madera y el hierro.
Al acceder al local unos vinilos inspirados en los números de los frontones Jai Alai y unas cestas punta llenas de verduras frescas dan la bienvenida al visitante.
Ya en el recibidor, destaca a la izquierda un mostrador en hierro oxidado con una espectacular vinoteca en hierro y cristal a su espalda que dan paso a la zona del Afterwork. Se trata de un espacio amplio y relajado, coronado por una llamativa barra, también obra del mencionado artista madrileño y “hermana mayor” del mostrador de la entrada, de inspiración años 20, sobre la cual cuelgan unas lámparas de cristal de estilo retro.
Como contrapunto a esta pieza, unos jardines verticales se alzan sobre las mesas.
Ya fuera nos encontramos a la derecha una barra blanca coronada por 2 esculturas de pimientos rojos gigantes. Frente a la barra, la cocina vista deja a los comensales disfrutar de la experiencia de ver cómo se manipulan las materias primas antes de salir a escena. Después, un pasillo lleva a un área de mesas donde se puede picar o comer en plan relajado e informal.
El restaurante dispone de un coqueto privado para unas 20 personas, además del salón principal, muy amplio y decorado en colores marfil, visón y coral, en el cual destaca una foto de época gigante del frontón Beti Jai de Madrid junto a 3 grandes espejos enmarcados en cajas de madera de derribo, donde se reflejan 2 jardines verticales que aportan frescor al lugar. Por último, en el exterior dispone de una agradable terraza.
Su propuesta culinaria respeta la esencia de la cocina vasco-navarra, obedeciendo tres normas básicas: proximidad, estacionalidad y calidad en las materias primas, además de elaborar los platos con sencillez, mimo y cariño.
No faltan en la carta guiños al original Pelotari en platos como la brandada de bacalao, el pastel de puerros o los pimientos del piquillo rellenos de bacalao, sin olvidar las carnes (recomendables 100% el chuletón de vaca rubia gallega o el entrecot gallego) y pescados de mercado hechos en parrilla de carbón, las kokotxas de bacalao a la romana o un excelente atún salvaje de Almadraba de Gadira presentado en diferentes cortes.
En su sección “De la Huerta” destacan las alcachofas fritas con limón y parmesano y las verduras de Tudela según temporada.
Dispone de Menús del día a la hora del almuerzo, con un competitivo precio (12,50€) sin menoscabar la calidad de sus productos. También tienen menú para los más pequeños, especialmente pensados para los fines de semana en familia.
Y de postre, una cuidada selección de tartas caseras como la Pantxineta, Goxua o Tatín de manzana rematan una carta para los paladares más exquisitos. Asimismo, disponen de menús para grupos y eventos, tanto tipo cóctel como sentados a la mesa, para un mínimo de 15 comensales.
Pero no sólo de clásicos se vive, así que la carta de La Barra de Pelotari introduce ahora novedades para hacer más dinámica su oferta. Recientemente se han incorporado platos como la ensalada de pimientos asados con ventresca, el paté de perdiz, las empanadillas de txangurro, el semiguiso de setas con yema de huevo campero o el ceviche de vieiras y gambas.
En el apartado de coctelería, destacan más de 12 propuestas diferentes además de todo un repertorio de licores y combinados Premium. La oferta de bebidas se completa con una cuidada selección de más de 40 referencia españolas de las principales denominaciones de origen y algún champagne francés para armonizar con la comida, así como una amplia carta de vinos por copas.

