Nogara, calas agrestes, paseos de ronda y Josep Pla

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La segunda entrega de Verano de libros está protagonizada por el Valtravieso Nogara y la instagrammer @nitandbooks que nos teletransporta a los contrastes de calas agrestes

«Tan pronto abrí la botella y bebí un sorbo de Valtravieso Nogara (cosecha del 2019) mi mente se teletransportó a la Costa Brava. Recorrí rápidamente pequeñas calas agrestes donde había tomado el sol, sentí en mis pies el calor de las piedras que conforman su particular arena y el delicioso contraste con el suave frío del mar y la elegante calma que se respira.

Que la Costa Brava es especial, no hay duda. Ese apacible y a su vez salvaje contraste entre el azul del mar y el verde de su vegetación a pie de rocas. Mediterráneo en esencia pura. Quienes nacen en esa tierra, llevan en el alma algo especial. Como Josep Pla. Nacido en Palafrugell, es uno de los escritores más destacados de su época y en su vasta obra literaria hay muchos recuerdos para ese pequeño y cálido rincón del país. Tanto es así que gracias a ello consiguió fomentar la divulgación de las costumbres locales e incluso, modernizar su lengua materna.

‘Cinco historias del mar’ (Austral) recoge cinco relatos en los que el gran azul es el protagonista. Sobre todo, aquellos oleajes que van directos ‘a petar’ a las abruptas orillas de la Costa Brava. Con la excepción de ‘El naufragio del Cala Galiota’ y ‘Derrelictos’, en los que Pla cuenta sendos hundimientos con un tono más periodístico, el resto de narraciones acontecen en su región natal. En ‘Un viaje frustrado’ Pla nos acerca al carácter de los habitantes del Empordà mientras que con ‘Bodegón de peces’ nos adentraremos en estos delicados pueblos pesqueros y nos deleitaremos con la gastronomía de la zona. ‘Uno de Begur’ es un relato que recuerda a dos personajes que impactaron la vida del autor.

Un libro que es todo un homenaje a su mundo

Valtravieso Nogara me conectó pronto con ese libro, no tuve duda alguna que el mar estaba presente en esa botella. Quizá sea por tratarse de un blanco ligero, fresco y agradable, como las noches en la Costa Brava. Un vino que fácilmente nos acompañaría en las mágicas cenas de verano rodeados de sus singulares gentes o mientras leemos unas páginas tras un paseo por los caminos de ronda tan bien dibujados por Josep Pla.«