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23 experiencias para vivir en San Sebastián

Tiempo de lectura: 13 minutos

El Hotel Arbaso te ofrece armonía y serenidad en la preciosa ciudad de San Sebastián 

El Hotel Arbaso es un lugar con unas instalaciones de lujo donde todos los detalles han sido pensados para disfrutar, relajarse y ser mimado.

El Hotel Arbaso se convierte en estas fechas en el lugar perfecto para redescubrir la ciudad de San Sebastián desde un nuevo ángulo.

Todo viajero que pasa por el País Vasco sabe que San Sebastián es el destino por excelencia.

La ciudad alberga innumerables sorpresas y uno de sus secretos mejor guardados es el Hotel Arbaso. Un lugar perfecto para vivir el arte y las tradiciones ancestrales vascas de primera mano.

Con increíbles vistas a la catedral del Buen Pastor y ubicado en la Calle Hondarribia 24, Arbaso se ha convertido en un hotel de referencia para la ciudad de San Sebastián. Este imponente establecimiento, cuyo nombre significa antepasado y acogedor en Euskera, emana distinción por sus cuatro costados.

El edificio

El edifico data del siglo XIX y se ha respetado en todo momento la integridad su arquitectura original combinando la tecnología de última generación para poder disfrutar de todo el confort contemporáneo.

Sus espacios de gran luminosidad y el buen hacer de su equipo, dirigido por el gran profesional de la hotelería vasca, Raúl Fernández Acha, conquistan al huésped desde el primer instante.

Alojarse en cualquiera de sus 50 habitaciones, inspiradas en los 4 elementos y dotadas de un estilo minimalista, es toda una experiencia. El lugar rebosa serenidad y un refinamiento estético que te hará sentir como en casa. Y es que, en Arbaso todos los detalles cuentan. El arquitecto Iñigo Garate y las interioristas Arantza Ania y Amaia Orrico han dotado al lugar de mesas de Arkaia, mobiliario de Norman Foster y Moneo o grifería Steinberg, por citar solo alguno de los icónicos elementos de mobiliario que alberga el lugar.

 Restaurante Narru

No hay escapada completa sin una buena gastronomía, como la que ofrece el restaurante Narru. Dirigido por Íñigo Peña, este espacio culinario ofrece una interpretación muy personal de la gastronomía vasca. Con una firme apuesta por los productores locales y el producto de KM0, en Narru podrás descubrir toda la variedad y riqueza de la cocina tradicional vasca. El restaurante es perfecto para aquellos amantes de la gastronomía en estado puro.

Experiencias En Arbaso

Si tienes curiosidad por vivir la tradición desde las raíces, disfrutando de la naturaleza en todo su esplendor, Arbaso cuenta con un catálogo de experiencias que te harán redescubrir San Sebastián y el País Vasco desde otro ángulo. Todas las experiencias han sido creadas ad hoc para vivir sensaciones únicas  a través de los cuatro elementos: tierra, aire, agua y fuego. Desde surcar la olas del mar, rodearse de naturaleza salvaje o aprender a surfear en las mejores playas de la costa vasca de la mano de los grandes surfistas vascos.

Más información: www.hotelarbaso.com

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

De San Sebastián al Valle del Hierro: la esencia del País Vasco

El hotel Arbaso, en San Sebastián, ha sabido volcar el alma del País Vasco en cada detalle, y lo refleja también con una serie de experiencias únicas organizadas junto a Basque Destination

 

Arbaso, el lujo más personal de San Sebastián

Refinamiento estético y funcional en un hotel de 50 habitaciones a cinco minutos de la playa de la Concha

De San Sebastin al Valle del Hierro
GORKA GOMEZ

El edificio neoclásico del S. XIX con notas eclécticas que acoge al Arbaso, en San Sebastián, ha sido íntegramente respetado en su exterior por Íñigo Gárate, el arquitecto designado para su restauración.

Sito en plena plaza del Buen Pastor, desde sus ventanas se divisa la excelsa catedral homónima y luce al amanecer cuando los pájaros vuelan desde sus torres, en ese día lluvioso en el que las farolas mojadas en la noche le dan un aspecto fantasmagórico o a pleno sol, cuando la Plaza muestra lo mejor de ella.

Hotel Arbaso San Sebastin.
Hotel Arbaso, San Sebastián.Arbaso

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Arbaso significa ancestro, y con solo abrir su puerta se entiende el porqué del apelativo. Un volver a las raíces de la tierra vasca se observa en cada detalle pensado por las interioristas Arantza Ania y Amaria Orrico.

El nogal excelso partido por la mitad hace las veces de mesa de recepción donde el personal, vestido con ropa vasca diseñada por Irati Guarretxena; cinturón gerriko del pelotari, chaleco que solían llevar los harrijasotzaile –levantadores de rocas–, charla y se interesa por sus clientes, contando con orgullo cómo cada nota del Arbaso busca un propósito.

Las tres hijas del industrial Martín Aramburu levantaron su primera apuesta hostelera para honrar la tierra de sus antepasados y hay que reconocer que han cumplido su propósito con creces. Las paredes que rodean la chimenea, siempre encendida, sí bien parecen de mármol no son otra cosa que Muros de Luz, una magna fotografía de Aitor Ortiz.

La madera de productores locales protagoniza la estancia combinada con cristal y hierro forjado, sillas de Hansen y mesas de Arkaia, consiguiendo una elegancia sutil. También los conceptos de la naturaleza que ha impreso el Grupo Delta con diferentes texturas, utilizando papel, plástico o vinilo, logran un efecto notable.

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El concepto del hotel es compartir con los proveedores, todos locales, ya sea a través del mobiliario o la gastronomía, y con los clientes que disfrutan y participan de esta alianza. Las cincuenta habitaciones están pintadas con tonos tenues e iluminadas con calidez para darle toda la importancia a la madera de muebles, puertas y ventanas.

Gozan de los últimos avances tecnológicos y las comodidades en cada una de ellas, desde las más pequeñas de 22 m2 con vistas al gracioso patio apodado Zen o al Patio de Manzana. Se va ganando en metros y en altura hasta llegar al espectacular ático dúplex de 47 m2 con salón y habitación divididos en dos pisos, vistas a la catedral y chimenea con leña natural, o al ático Premium, de 53 m2 con terraza, mirador a la catedral y una bañera ovalada donde es fácil entrar y muy difícil salir de lo a gusto que se está. Piezas especiales con nombre y apellido como los de Rafael Moneo o Norman Foster embellecen rincones del hotel.

Hotel Arbaso San Sebastin.
Hotel Arbaso, San Sebastián.Arbaso

VIVIR EL PAÍS VASCO

Si con solo una amorosa noche en el Arbaso ya se siente la tierra, las experiencias que ofrece junto con Basque Destination, basadas en los cuatro elementos, fuego, aire, tierra y agua, son el complemento perfecto para adentrarse en su historia.

Si del fuego se trata, la experiencia puede ser un cuentacuentos para adultos al calor de la chimenea o un buen akelarre en Zurragamurdi. Al hablar de agua se habla de pesca y por qué no del bonito del norte, pero también del remo en trainera.

Para tierra está la tradición y el lujo del caserío hotel Basalore. Y si al aire nos referimos, nada como un viaje en globo sobrevolando La Rioja.

Bokado San Sebastin.
Bokado, San Sebastián.Bokado

Toda una experiencia es dar un buen paseo por la ciudad. Si hace mal tiempo, el temporal tiene su encanto cuando las olas rompen en El Peine del Viento, obra magna de Eduardo Chillida que recoge el dramatismo del viento y el sonido del agua brava emergiendo entre las rocas.

Un lugar desde donde observar el espectáculo a lo lejos es el restaurante Bokado, que se sitúa en lo alto del Puerto Viejo con vistas inmejorables. Su chef Mikel Santamaría saca a la mesa lo mejor del producto estacional a través de dos menús degustación en los que ofrece al comensal la oportunidad de probar algunas de sus recetas.

Por ejemplo esas cocochas de merluza rebozadas que se deshacen en la boca o la sopa donostiarra de pescado y marisco; la mar concentrada en un plato que sabe a langosta, a erizo, a almejas… Volviendo a la tierra, delicioso es el solomillo de vacuno asado o el pato azulón con calabaza y piñones. Para postre no hay que dejar de probar el chocolate, frambuesa y leche merengada.

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LOS PRINCIPIOS DEL HOTEL ARBASO

De vuelta al Arbaso espera su director Raúl Fernández Acha, una persona muy reconocida en el mundo hotelero, para contarnos algunas anécdotas de cómo el Arbaso se restauró apenas en un año y en plena pandemia.

Y dice qué según iban terminado pisos ya tenían clientes. Trabajadores, personal y huéspedes se unieron en unos momentos curiosos, en los que, sin poder abrir el restaurante, la comida se servía en sus habitaciones.

Hasta que llegaron tiempos mejores, el restaurante Narru abrió y el hotel se empezó a llenar, sobre todo de franceses, belgas; aquellos que podían llegar en coche. Habla de la excelencia de cada objeto y de cómo miman a sus clientes, animándonos a probar las saunas, tanto seca como húmeda que encienden a petición y de donde se sale renovado y dispuesto para la siguiente aventura culinaria, ésta vez en pleno centro.

Sukaldean San Sebastin.
Sukaldean, San Sebastián.Sukaldean

COMER EN UN CONVENTO

El restaurante Sukaldean ,incluido en la guía Michelin, está muy cerca del Arbaso, en los bajos del recién abierto Hotel Zenit que ocupa las instalaciones de un histórico convento, cuyo bar del lobby fue la antigua capilla y cómo tal se recrea con su decoración y el contraste de unos cócteles de liturgia.

La claraboya del Sukaldean es representativa, al igual que el arce japonés que protagoniza el espacio. Múltiples ambientes llenan el restaurante liderado por el chef Aitor Santamaría.

Está el rincón de ibéricos, la parrilla donde se asan pescados y chuletones o el euskal-sushi, sin obviar las hortalizas traídas directamente de su huerta en Hondarribia o el dedicado a quesos como Idiazábal ahumado, queso azul Chantada de Lugo u Olavidia de Jaén.

Ferrería Mirandaola Legazpi.
Ferrería Mirandaola, Legazpi.Lenbur

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EL VALLE DEL HIERRO

Llega el día de disfrutar de una experiencia reveladora por todo lo que implica la excursión al Valle del Hierro, que se encuentra en la cabecera del río Urola y a las faldas del Parque Natural de Aitzkorri.

El trayecto desde San Sebastián dura apenas una hora, durante la cual a través de la ventanilla se disfruta de un bello paisaje de verdes prados y frondosas colinas salpicadas por caseríos y animales que pastan en el campo. La conversación amena e instructiva de nuestra guía, Gurutze Ormaza, nos va poniendo en antecedentes de la vida en el Valle que nos mostrará la fundación Lenbur.

Ya su férreo apelativo avanza algo de lo que entraña; un viaje por el acero, el arte, y sobre todo por la vida de las muchas personas qué pertenecieron a este singular mundo del hierro, especialmente en su núcleo urbano, Legazpi, donde el escenario cambia por completo.

Los restos de lo que fue un pueblo industrial dedicado al hierro se testimonian en las fábricas, la mayoría de ellas abandonadas, algunas transformadas desde que se decidió hacer del pueblo un proyecto turístico y educativo con fin de resaltar la importancia que supuso el hierro cuando cantidad de familias, muchas castellanas, en los años duros de la posguerra emigraron para trabajar en las fábricas.

Así nos lo cuenta Olatz, encargada del proyecto de Legazpi, cuyo abuelo llegó de Burgos para encontrar una nueva vida. La historia del Valle está íntimamente ligada al empresario Patricio Echevarría, fundador de la marca Bellota.

Su nombre se menciona en el Museo del Hierro, en la Ferrería Mirandaola, en Chillida Lantoki, en cualquier rincón de boca de cualquier habitante de Legazpi independientemente de su edad. Echevarría empezó como trabajador metalúrgico y más tarde creó una pequeña empresa que fue multiplicando hasta contar con diez mil trabajadores para los que hizo las llamadas casas obreras, colegios, hospitales y economatos.

Chillida Lantoki.
Chillida Lantoki.Lenbur

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Pasemos de Patricio Echevarría a Eduardo Chilllida, quien estando en París y cansado de su trayectoria artística vuelve a casa, al País Vasco, y se instala en Hernani, donde observa el trabajo de las ferrerías y encuentra su lugar, no solo en el mundo, pero en su arte.

En Legazpi realiza varias de sus obras más conocidas, entre ellas el Peine del Viento. En Chillida Lantoki se observa su trayectoria, las máquinas con las que trabajaba, tanto en hierro como en papel, y una entrañable colección de objetos de los años 50 y 60 que llenaban las casas obreras, y van desde el Cola Cao, detergentes , menaje, objetos, hasta los platos famosos de Duralex.

El Museo del Hierro Vasco es instructivo e idóneo para los niños. Explica la importancia del mineral que durante una época atrajo a los vecinos ingleses; anécdota curiosa aquella del famoso alirón alirón el Atleti es campeón que todos hemos oído pero casi ninguno sabíamos de donde venía. En tiempos ingleses, cuando un obrero encontraba una veta de hierro traía implícito una compensación económica para el descubridor que tras el hallazgo gritaba All Iron qué terminó derivando en el Alirón futbolero.

El camino entre nogales y robles parte del Museo y llega a la única de las siete ferrerías que queda del valle, Mirandaola, dónde unos ferrones vestidos a lo s. XV representan el quehacer de la fragua moviendo el molino para encenderla o para levantar el martillo gigante que moldeará la barra recién sacada de las chispeantes llamas.

La capilla de Mirandaola está pegada a la ferrería y habla del Milagro de la Santa Cruz cuando, en los tiempos que estaba prohibido trabajar en domingo, unos ferrones tuvieron que hacerlo y cuál sería su sorpresa al ver cómo un pedazo de hierro se transformaba, sin su intervención, en una cruz que acabó siendo bendecida y considerada el milagro que ampara el valle.

Santuario de Arantzazu Gipuzkoa.
Santuario de Arantzazu, Gipuzkoa.Oñati Turismo

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Siguiendo con el hierro y con el arte recorremos un escenario espectacular hasta alcanzar en Oñati el Santuario de Arantzazu, que guarda una imagen gótica de la virgen que se le apareció a un pastor sobre un espino (arantzazu). El exterior del templo de piedra emula un espino gigante bordeado por catorce qué no doce, apóstoles, obra del escultor Jorge Oteiza, y le abren unas puertas de hierro encargadas a Eduardo Chillida.

Y cuentan que a Chillida le costaba encajar las puertas cuando pasó por allí un hombre mayor qué no era otro que Patricio Echevarría y le pidió el martillo con el le dio el golpe maestro gracias al cual los férreas portalones encajaron. Empresario y artista se hicieron amigos y Chillida forjó la mayoría de sus obras en las fábricas de Echevarría.

No se puede hablar de Eduardo Chillida sin hacerlo de su compañera de vida y de trabajo Pilar Belzunce, ni del lugar donde lograron hacer su sueño realidad, Chillida Leku (hogar). Un bosque hechicero dónde los arboles de hierro esculpidos por el artista y aquellos creados por la naturaleza se codean entre los verdes prados de la propiedad.

El caserío Zabalaga del s. XVI fue restaurado por el artista bajo la tutoría del arquitecto de San Sebastián, Joaquín Montero, y sí bien dejaron su apariencia tradicional en la que pasado y presente conviven en armonía, su interior lo reconvirtieron en un espacio diáfano, pleno de luz, enmarcado en unas vigas de madera que son en sí otra obra de arte, perfecta para acoger una serie de bloques pétreos con la misma geometría orgánica, entre otras esculturas, dibujos, collages, y gravitaciones.

CENAR EN CASA

El fin de la jornada y ya de vuelta al Arbaso, termina de forma exquisita entre los manjares del restaurante Narru, que lidera el chef Iñigo Peña. De hecho, el nombre de Narru viene del bisabuelo del chef, que era jugador de pala profesional. Narru era su mote, que significa el cuero con el que se confecciona la pelota.

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Allí, desde el pan hasta los huevos son de verdad, lo que se traduce en que tienen ese sabor inigualable de un huevo cogido de la granja vecina y esa masa madre amasada con primor. La carta es una elección tradicional donde entran besugo, salmonete, o merluza, a la parrilla, el chuletón en su punto, boletus de temporada, almejas a la marinera, un centollo con piel de papada y pan, el lenguado de anzuelo o la pluma Joselito . El toque dulce lo dan el coulant de avellanas y cítricos o una tarta de manzana con helado de leche… para llorar.

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Ana Belén Toribio
Ana Belén Toribio
Periodista y sumiller. CEO y Directora.

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