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Nasei muestra esta crema a base de agua de rosas que dejará tu rostro confortable y terso y con un aroma delicioso
La crema hidratante de geranio, lavanda y rosa no es una crema común. Entre sus ingredientes no encontrarás la palabra agua, un ingrediente muy común utilizado en el mercado cosmético.
En su lugar, en la composición llama la atención el hidrolato de rosa damascena. Se trata de una solución acuosa rica en vitaminas y minerales que se obtiene de la concentración del vapor cuando se destilan los pétalos de esta flor.
Este pequeño, pero gran detalle, es lo que la hace tan sumamente especial. De esta manera su parte acuosa no solo se limita a aligerar la fórmula. Pues aporta un extra de hidratación a la piel. Además proporciona tersura y suavidad de efecto aterciopelado.
Pero esto solo es una pequeña parte de su estudiada fórmula de la crema creada por las hermanas Celia y Lorena Aviñón. Su profesión de esteticistas las llevó a elaborar su propia cosmética con la que realizar los tratamientos faciales de cabina.
Tras años utilizando cosmética orgánica en su salón de belleza, decidieron crear una crema que fuera LA CREMA. Dispone de características tan sensoriales como son el aroma y la textura, que fuera altamente hidratante a la vez que nutritiva y sobre todo, que fuera efectiva.
Toda esta misiva a través de ingredientes únicamente de procedencia vegetal de cultivos ecológicos locales.
Para su formulación decidieron optar por el extracto de geranio perlagonio, una variedad especial que favorece la regeneración celular siendo un potente activo que previene el envejecimiento prematuro cutáneo.
El hidrolato de rosa, la base estrella de la crema, es altamente hidratante y estimulante del colágeno, lo que hace que al aplicarla se note un ligero efecto tonificante. Además al contener vitamina C naturalmente proporciona luminosidad al rostro.
La parte nutritiva la sella un extra de aceites vegetales de almendra y albaricoque de primera prensada en frío, repletos de vitaminas, minerales y ácidos grasos que contribuyen al correcto funcionamiento del manto cutáneo.
