La felicidad como ausencia de dolor y de miedo
Epicuro dijo: “La felicidad y la dicha no la proporcionan ni la cantidad de riquezas ni la dignidad de nuestras ocupaciones ni ciertos cargos y poderes, sino la ausencia de sufrimiento…”. Pero… ¿qué es la felicidad? Pues justamente y según lo define Eduardo Punset: “La felicidad es la ausencia de dolor” y en consecuencia la ausencia de miedo.
Mucha gente está dispuesta a pagar grandes cantidades por el mero hecho de disfrutar de un buen vino, saborear un buen plato, vivir una gastro-experience, viajes a lugares exóticos, etc. Se alcanzan cantidades exorbitantes cuando se habla del glamour ¿Quién que no ha caído en la tentación de pagar el lujo?.
Esta tendencia se lleva a cabo a lo largo de la vida de forma constante y por la gran mayoría de la gente del primer mundo, y otros muchos de otras áreas.
También están los que encuentran la felicidad en la familia, en el amor, en el cuidado de los hijos, etc.
Existe también otro grupo de personas que encuentran el placer en el trabajo, el conocimiento, en la formación, la creatividad, dedicando mayoritariamente su vida a alcanzar el virtuosismo en aquellas áreas que les resultan más motivantes.
¿Qué son los leviatanes?
Los leviatanes son según la mitología inmensos monstruos satánicos que suben de las profundidades de los océanos capaces de engullir barcos enteros arrastrándolos a las profundidades más oscuras y tristes imaginables.
Cuando la enfermedad, y en particular, la minusvalía aparece en la persona toda esa búsqueda de felicidad se ve truncada bruscamente y uno se siente náufrago en la oscuridad. Soledad, indefensión,… invadido y bloqueado por el miedo y la desesperación.
Súbitamente, aparecen seres poderosos que te tienden la mano y te rescatan de las profundidades más oscuras. Son personas que en muchos casos permanecen anónimas y que aman a los demás y se dedican a cuidarlos y sanarlos. Son seres de luz capaces de devolver la alegría y la ilusión aún en la enfermedad.
Una simple simetría permite valorar la acción de estos héroes anónimos cuando comparas la cantidad y calidad de sensaciones positivas que te devuelven con su acción de reparación.
Evidentemente, su inmenso poder viene dado por su dedicación, sacrificio, inteligencia, talento, vocación, compromiso, implicación, seriedad, virtuosismo… que les permite navegar por los intrincados mecanismos de la naturaleza.
Si cuantificamos un poco, y ponemos la balanza en una unidad de felicidad como un día en el que: disfrutamos de la familia, o tenemos una idea creativa en el trabajo, o tal vez asistimos a una ópera, o degustamos una comida muy especial.
Si consideramos que estos héroes pueden devolver con sus acciones en cuestión de horas la capacidad de tener esa felicidad,y eso para el resto de la vida, entonces seremos conscientes del inmenso poder de ayudar que tienen al ser capaces de ayudar a decenas de miles de personas.
De facto… descubrimos que el poder de estos héroes de producir felicidad es mucho mayor al de los mejores expertos en moda, influencers, cocineros, bodeguero, etc… porque devuelven la salud para disfrutar con plenitud de la vida.
Tenía mucha razón Schöpenhauer al opinar que “La salud no lo es todo, pero sin ella todo lo demás es nada”. Cuando crees que te vas a morir o vas a recibir un daño irreparable lo que más daño te hace es pensar que no aprovechaste lo que habías vivido.
Estamos a tiempo de enmendar este error. VIVIR con mayúsculas.
Dedicado a Javier Bueno y Francisco Javier Guijarro. Oftalmólogos.