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En su búsqueda de la innovación la marca apuesta por la aventura empresarial del diseño de originales joyas que mantienen una estrecha relación con el mundo del vino
Pendientes de hoja de vid, anillos, pulseras y colgantes… todos estos accesorios tienen en común el mundo del vino. El Grupo El Lagar de Isilla da un paso más en su carrera y emprende otro nuevo proyecto, el lanzamiento de su primera colección de joyas. Su original y exclusivo estilo y prototipo, el molde es la hoja original que recogen de la planta de la viña, da lugar a una línea de complementos que aúna elegancia y feminidad pensando siempre en el cliente que busca novedosas y singulares experiencias.
Dicen de una joya que lleva implícita el glamour y la sofisticación. Su diseño es una práctica milenaria que llega hasta nuestros días, en constante evolución e innovación. Desde El Lagar de Isilla hacen su particular apuesta por el negocio de la artesanía y la bisutería.
La idea surge de Jose Andrés Zapatero, su propietario, hace tan sólo unos meses. “Decidimos abrir una nueva unidad de trabajo y nos embarcamos en el proyecto del diseño. Queríamos obtener una piezas únicas y exclusivas en las que prevaleciesen la sencillez y la simplicidad pues representa la esencia de lo que somos y a lo que nos dedicamos, al vino”.
Grupo El Lagar de Isilla da un paso más en su carrera y se embarca en este nuevo proyecto: el diseño de su primera colección de joyas en el que su original estilo da lugar a una línea de complementos que aúnan elegancia y feminidad. El resultado es una línea de complementos, de joyas delicadas, en tonos cobrizos y plateados, con detalles que enamoran, de alhajas que se convierten en las perfectas compañeras de cualquier look pudiendo ser usadas tanto de día como de noche por un cliente que busca siempre un valor añadido en el servicio, en este caso novedoso y singular.
