Entrevista a Vanessa Salamanca que es la Directora Distroller España
En la cocina hay hueco para todos, también para los más pequeños. A menudo, tendemos a construir una barrera entre los niños y las labores culinarias, por considerarla una actividad aburrida y peligrosa para ellos. Pero nada más lejos de la realidad. Cocinar puede ser un gran juego que estimule la imaginación de los niños y les aporte valores positivos.
El juego, en cualquier ámbito, ayuda a que los niños se habitúen a relacionarse entre ellos, a ganar independencia y confianza, y a desarrollar su imaginación. Y, sobre todo, ¡se divierten en el proceso! Por eso, siempre es importante que intentemos acercar el juego a cualquier dimensión en la vida de un niño, ahora incluida la cocina.
El espacio perfecto para unir diversión y educación
La gastronomía es un mundo donde los niños pueden descubrir colores, sabores, texturas, formas… La experimentación es una de las formas de juego más divertidas y enriquecedoras para los más pequeños, y una actividad tan simple como dedicar una tarde a preparar una receta sencilla, es toda una experiencia inmersiva para ellos.
Se trata además de una actividad en la que niños y adultos pueden compartir tiempo, algo que siempre debemos perseguir en las dinámicas de juego. Para que los niños se sientan totalmente involucrados en todo el proceso, lo ideal es permitirles ayudar a elaborar la lista de la compra, acompañarnos al supermercado, preparar todos los ingredientes y utensilios que vamos a utilizar…
Además, incorporarlos en la preparación de los alimentos ayuda a que, desde pequeños, interioricen buenos hábitos alimenticios y de higiene, así como normas de seguridad. La cocina es también una actividad muy disciplinada, en la que los niños aprenden a seguir instrucciones, mejorar sus niveles de atención y su capacidad de alcanzar metas o tolerar la frustración.
Los juguetes como KsiShakeadas de Distroller, acercan a los niños a la cocina de una manera divertida, inmersiva y propone una dinámica de juego en la que pequeños y mayores pueden pasar tiempo juntos. Se trata de unas coloridas bebés con forma de malteada, que harán las delicias de los más pequeños y les recordarán al proceso culinario.