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CXXV Aniversario de Bodegas Martínez Lacuesta

Tiempo de lectura: 4 minutos

Cata de vinos para celebrarlo en el Centro Riojano de Madrid

Persistir al paso de los años y continuar en primera línea después de cuatro generaciones es algo que está a la altura de muy pocas bodegas de vinos. La saga de bodegueros Martínez Lacuesta lleva más de un siglo elaborando vinos de Rioja. Transmite sus conocimientos de generación en generación. Mantiene su filosofía inicial, pero a la vez, sabe adaptarse a los nuevos gustos de los consumidores actuales

En este año 2020 atípico allá donde los haya, se conmemora el 125 Aniversario de su fundación. El 1 de febrero de 1895, Eloy Martinez Pérez junto a uno de sus hijos, Félix Martínez Lacuesta, constituyeron la bodega en la localidad de Haro. La figura de D. Félix se convierte en esencial para conocer la historia y la evolución de la firma jarrera.

Muchos se preguntarán dónde radica el éxito para que una bodega de carácter familiar se perpetúe en el tiempo y se convierta en una de las más antiguas dentro de la D.O.Ca. Rioja, manteniendo su reconocimiento y posición comercial en los más exigentes mercados nacionales e internacionales. Son muchos los atributos que se pueden mencionar, pero sin lugar a duda, el resultado de las cosas bien hechas ha pasado por el apego a una tierra, la fidelidad a un municipio con el que ha sabido involucrarse en el día a día. La ciudad de Haro cuenta con un importante significado para conocer el devenir de la bodega, tal y como José Luis Martínez Lacuesta plasma en su libro conmemorativo “Martínez Lacuesta 1895-2020. 125 años de una bodega familiar”, que servirá como fuente de inspiración a muchos bodegueros que se inicien en el sector.

Con este planteamiento encima de la mesa nos dábamos cita el 26 de noviembre en el Centro Riojano de Madrid para celebrar su 125 aniversario, con una cata de vinos que pasará a la historia de la entidad afincada en Serrano 25. Tuve el honor de presentar el evento y de ceder el turno de la palaba a mi paisano Luis Martínez Lacuesta, director general de la bodega, que dirigió la misma. Socios del Centro Riojano, sumilleres y periodistas especializados en el sector del vino y la gastronomía, configuraban el público asistente repartido en tres salones, cumpliendo así las medidas de distanciamiento para un buen desarrollo del evento.

Las seis referencias catadas, así como el orden de cata, fueron minuciosamente elegidos: Blanco Tempranillo 2019, Martínez Lacuesta Reserva 2011, Campeador Reserva 2011, Gran Reserva 125 Aniversario 2010, Martínez Lacuesta Carmen 18 del 2019 y Vermouth Reserva.

Tuvimos la oportunidad y el privilegio de degustar dos vinos muy exclusivos. Uno de ellos fue el Gran Reserva 125 Aniversario 2010, el vino emblema de este año. Es una producción limitada a 3.600 botellas que cuenta con 54 meses de envejecimiento en roble americano y 48 meses de descanso en botella. Para los nostálgicos de los vinos clásicos de Rioja, las sensaciones que evoca son las propias de los grandes vinos finos de la zona de Rioja Alta. Es un vino elaborado al estilo de como lo hacían los antepasados de la bodega, con muy largas crianzas en barricas y singularizados por su elegancia y agradable postgusto.

Por otro lado, catamos Martínez Lacuesta Carmen 18 del 2019, un vino inédito que todavía no se ha lanzado al mercado y que es un homenaje a lo que ha sido la sucursal de la bodega en Madrid durante más de 50 años. El nombre de Carmen 18 hace referencia a la calle donde se encontraba ubicada en la capital. Este vino rompe totalmente con el concepto anterior de vino clásico. Aquí, Martínez Lacuesta ha buscado la innovación, la modernidad, un vino con muy poca permanencia en barrica, en este caso de roble francés, y que destaca por su gran estructura e intenso color.

Y como colofón a la cata, como punto final a este espectáculo para los sentidos que supone además un viaje a través de la historia de la bodega, tuvimos el placer de catar y de brindar a posteriori, con un clásico de Martínez Lacuesta, su vermouth. Ésta es una bebida que suele servirse normalmente como aperitivo al principio de las comidas. En esta ocasión, y dadas las características del vermouth Lacuesta Reserva, no había mejor cierre posible para la cata aniversario. El vermouth de la bodega jarrera tiene unas particularidades que lo hacen único; se viene elaborando de forma artesanal desde hace 83 años, está envejecido en roble de una manera especial, convirtiéndose en un producto idóneo para acompañar a cualquier postre y cerrar así cualquier comida.

Deseo que este año de aniversario sirva de motor para que la estirpe de los Martínez Lacuesta siga contribuyendo a la ampliación de la historia del Rioja, una bodega que puede presumir como pocas de haber elaborado vinos en tres siglos diferentes. Esperemos que el legado de su sabiduría vinícola siga manteniéndose en el tiempo a lo largo de las generaciones siguientes, conservando así la más pura esencia de una bodega familiar, espejo en el que puedan mirarse otras familias de viticultores y bodegueros.

José Antonio Rupérez Caño
José Antonio Rupérez Caño
Presidente del Centro Riojano de Madrid

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