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Por Esther Ramos
Fotos: Esther Ramos
Testimonio real de toda una experiencia personal
Una vez que decidimos ir al Australian Open, debido al cambio de hemisferio y dado que las fechas de este acontecimiento coinciden con la época más calurosa del año en las antípodas, unos cuantos consejos nos serán de utilidad para poder disfrutar a fondo de uno de los torneos más duros del mundo del tenis.
Gland Slam en Melbourne
La ciudad del Melbourne acoge todos los años el primer Grand Slam del circuito durante la segunda quincena de enero, después de haber tenido durante años distintas sedes como Sidney, Perth, Adelaida, Brisbane o incluso Nueva Zelanda bajo del nombre de Australasian Championship. Esta ciudad se nos muestra como excelente anfitriona ofreciendo, a los más de 260.000 visitantes que acuden anualmente al torneo, una continua información sobre las instalaciones de Melbourne Park así como llegar hasta ellas.
Rod Laver Arena
Cuando llegamos al aeropuerto, un autobús nos lleva hasta el centro de la ciudad por unos 20$ australianos. Espacioso, con dos plantas y wi-fi gratuito, durante el trayecto de unos 25 minutos nos vamos situando, e incluso nos ofrecen toda la información necesaria al final del trayecto. Y al llegar a la ciudad… ¡Sorpresa! Los tranvías son totalmente gratuitos en la zona centro. Dos de las líneas principales que recorren Flinders Street nos dejan en la puerta del complejo deportivo. No hay lugar a pérdida. Servicios de información de la red de transportes están situados en las paradas de los tranvías preguntando en voz alta: ¿alguién va al tenis? – Aquí ya sabemos que estamos en el sitio adecuado porque hay mucha más gente que asiente con la cabeza. Todos vamos pertrechados con gorras, sombreros, gafas de sol, e incluso algunos ya llevan la acreditación colgada del cuello. Pero como denominador común “la amplia sonrisa en nuestras caras nos delata”. “Para los que van al tenis” – continúan informado los servicios de transportes – “los tranvías son 70 y 70B”. Por si aún nos quedara alguna duda, en cada parada hay pegado un gran plano con las entradas y situación de los estadios, el punto donde nos dejan el tranvía y el horario de éstos. “No nos hemos perdido” más del 70% de los ocupantes del tranvía, vamos al tenis, incluido el personal de la organización. A la llegada, no hay que preocuparse, hasta ellos mismo te dicen cuándo puedes atravesar las vías para acceder al complejo, donde pasamos por los controles de seguridad.
Consejos prácticos
¿Qué entrada llevamos? ¿la de estadio o la de paseo? Es la pregunta a la que contesto todos los años. Si sabemos qué jugadores están programados para cada sesión en los distintos estadios, podremos comprar la de estadio. El problema es que el programa siempre se publica la noche anterior, con lo cual, hasta que no acaben los partidos de la presente jornada, no sabremos en qué orden se van a programar los del día siguiente. Si lo que queremos es ver tenis de alto nivel independientemente de los jugadores, podremos comprar la de estadio, siendo Road Laver Arena y Margaret Court las pistas reservadas para los jugadores de mayor puntuación en el ránking, ya sea en torneo masculino ATP o femenino WTA, además del Hisense Arena donde jugarán tenistas menos relevantes.
En los tres estadios se van alternando los partidos de ATP y los de WTA, así los asistentes pueden disfrutar de ambas categorías, masculina y femenina, con la entrada que hayan comprado. Si no sabemos cuál va a ser el orden de partidos del día y lo que queremos es disfrutar de esta maravillosa fiesta del tenis, compraremos las entrada “Groundpass” o denominada de paseo. Con esta entrada de unos 54$ AUD, se puede acceder a todas las pistas adyacentes y de entrenamiento, donde nos encontraremos con todos nuestros favoritos. Sólo hace falta un poquito de suerte para pillarles en su hora de entrenamiento. Además esta entrada de paseo nos permite acceder al Hisense Arena durante todo el día y al Margaret Court en la sesión de mañana.
Cuestión de dimensiones
Una vez dentro, aquello más que grande es “grandioso”, protagonizado por las instalaciones de los distintos patrocinadores y equipado con pantallas gigantes por doquier, que te permiten seguir cualquiera de los partidos en las numerosas pistas. Los espacios, coloridos y tematizados, se van repartiendo y esparciendo a medida que vamos recorriendo el complejo. Lo que a principio de semana era hierba, al final del torneo se ha convertido en pasto. Carpas con bebidas y picoteos se alzan entre numerosas hamacas, sillones y tumbonas,… hay sitio para todos. Va avanzando la jornada y también la temperatura. Los ventiladores, estratégicamente colocados cada 10 o 15 minutos de paseo, nos salvan la vida a más de 36 grados a la sombra, pero la organización es tan compresiva que nos deja atravesar por los pasillos de la Margaret Court con su aire acondicionado. Incluso uno de los patrocinadores ha puesto una piscina para poder meter las piernas.
Las atenciones con los asistentes son continuas. En cada descanso de cada partido las pantallas nos recuerdan que debemos llevar puesto el sombrero, las gafas de sol y protector solar. Hay numerosos puntos para rellenar tu botella de agua, cosa que también te aconsejan para evitar un exceso de botellas de plástico desechables. Si por algún motivo no llevas tu protector solar o comienzas a sentirte mal, debes llamar a los servicios de auxilio que podrán darte una dosis y posteriormente podrás comprarlo en alguna de las numerosas tiendas del complejo. Como dato curioso desde que llegué a Australia, he encontrado varios puntos y hoteles que muestran su dispensador de protector solar factor +50 para que lo utilices siempre que lo necesites. En mi hotel de Melbourne hice uso de él durante las dos jornadas.

