Temporada de caza en "El Rececho"

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El propietario y director, Juan José López del Cerro, señala: “todos los años innovamos en nuestra carta de platos a base de carnes de caza y hacemos fusión con otras comidas y productos mediterráneos” 

En el restaurante “El Rececho” la premisa para este año son dos: vamos a comer mucho pero en pequeñas raciones, y, vamos a darle otra vuelta a la imaginación culinaria, fusionando las múltiples y variadas carnes de caza con diferentes productos españoles.

Todo ello, manteniendo un tono suave en los sabores (lo que no significa eliminar la profundidad y contundencia de algunas carnes) pero buscando siempre un equilibrio entre una buena comida que nos reconstituya las energías, para poder seguir trabajando. Porque, no lo olvidemos. “El Rececho” es el punto de encuentro de la clase dirigente de Alcorcón, que ora et labora en los polígonos Urtinsa I y II.

La prueba de fuego fue días atrás, cuando en este local, decorado con vitrales con escenas de caza y especies cinegéticas, se constituyó la Asociación de Cazadores del Club Premium Hunts, un club selecto que festejó su primera reunión con una comida. El éxito que alcanzaron los siete platos, sirvió para darles pasaporte a la Carta de El Rececho. Y hoy podemos disfrutar de aquel festín que saborearon unos cazadores sibaritas.

Primero fueron unos rollitos de cecina de venado con queso y membrillo, una combinación de sabores para ir abriendo boca. Unas sutiles gotas de aceite le quitaron esa sequedad que siempre caracteriza a la cecina y como agua bendita, la convirtió en un manjar. Unas almendras laminadas completaron el plato.

El segundo fue un escabechado de caza, con carne de perdiz, que ya probamos hace un año pero que en esta oportunidad se nos ofrecía en menor cantidad y reducido plato, con la alegría y frescura que siempre nos traen el mango y la granada.

A renglón seguido nos encontramos con un nido tejido con delicados fetucchine de espinacas (a su punto, no “al dente”) que escondían un trozo delicioso de jabalí, con todo su jugo, acompañado de unas finas lonchas de boletus. Con un poco de imaginación, cerrábamos los ojos y percibíamos el sabor del monte donde fue abatido el jabalí.

La fiesta continuó con un lomo de venado hecho a la parrilla, que llegó envuelto en aromas de leña y carne y cuyo sabor nos despertó las papilas gustativas que nos pedían más. Pero, esta fórmula, felizmente, nos obliga a disfrutar con “muchos pocos”. La crema combina de forma excelente y la salsa montañés (de fórmula secreta), redondeaban el plato.

Luego vino lo que para nuestro  paladar fue el éxtasis gastronómico-cinegético: un cibet de jabalí, asado en su punto, rodeado de un risoto sacado de las mejores fórmulas italianas. Los granos de arroz, el sabor de las especies y la rotundidad de la carne, nuevamente nos pedían repetir.

 El menú se cerró con un típico conejo servido con patatas. Un conejo tierno, jugoso, deshuesado, que se deshacía en la boca, acompañado por unas tiernas patatas con el caldo justo para mojar los labios.

La comida concluyó con tres tartas: de chocolate, de queso y de crema en tres gustos. Todo ello regado con un vino Editor, 2012, que puso la nota apropiada para bendecir el menú de esta temporada de caza.