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Túnez, crónica de un viaje inolvidable

Tiempo de lectura: 13 minutos
Texto: Sonia G. (سونيا )
Fotos: Gastroystyle y Planett Travel

Una experiencia sensorial llena de emoción y aventura

Llegó el día 10 de octubre y, tras una serie de avatares, los consabidos dolores de cabeza provocados por la elaboración de un equipaje adecuado a un viaje multiaventura y una rápida revisión del mismo, comenzó este maravilloso viaje.

Íbamos un grupo de cuarenta y dos personas. Quedamos en el aeropuerto a las 17:00 horas en el mostrador de Tunis Air y salió el avión a las 19:25 horas. El vuelo, concretamente, era el TU 607 de Madrid a Túnez.

Tengo que decir que desde el minuto cero no paramos de reír y disfrutar. Por fortuna, nos encontramos con un grupo de personas maravillosas, educadas, divertidas, con buena conversación e intención de pasarlo estupendamente; en definitiva, el tipo de gente con la que a todos nos gustaría viajar.

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Llegamos al aeropuerto de Túnez a las 20:30 horas, hora tunecina, y nos dirigimos en autocar a Sousse, capital de la gobernación de Sousse, situada en la costa este de Túnez, a 140 km. al sur, bañada por el Mar Mediterráneo y por el Golfo de Hammamet.

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Allí cenamos y pernoctamos en el hotel de cuatro estrellas Magic Reyal Kenz http://www.hotelroyalkenz.com/ Era muy pintoresco y lleno de colorido. La decoración era típicamente tunecina, arabesca. Una preciosidad de habitación. Las camas, super cómodas. Era llamativa también la amabilidad del servicio. En general, allí en Túnez, todo el mundo es bastante amable, pero en los hoteles, el trato agradable se multiplica por cien.

Al día siguiente, 11 de octubre, nos levantamos al amanecer, y lo primero que hicimos, tras una ducha rápida y desayunar, fue hacer fotos de nuestro primer amanecer tunecino. Maravilloso, por cierto. Lástima que estaba nublado.

Acto seguido, subimos al autocar y partimos hacia Matmata, ciudad perteneciente a la Gobernación de Gabes, a unos 35 Km al suroeste.

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Por el camino, pasamos por El Mahrès, conocido también como Mahrès o Maharès, ciudad costera, situada a 300 Km. al sur de Túnez, estratégicamente ubicada entre dos importantes vías romanas. Forma parte de la gobernación de Sfax y está a 32 km. al sur de Sfax y a 28 km. de la costa mediterránea.

Demográficamente hablando, la población de El Mahrès se incrementa profusamente en verano, pues constituye lugar de veraneo.

MATMATA (SOLDADO CON FLORES EN LA MANO)

De aquí me llamó la atención la innumerable cantidad de esculturas, sobre todo de metal, levantadas sobre la arena de la playa, por el anual Festival Internacional de Artes Plásticas de Mahrès, en especial la de un soldado con flores en la mano.

Hicimos una parada técnica para estirar las piernas, hacernos fotos y tomar uno de los característicos tés tunecinos. Suele ser té verde con menta y está delicioso. Había una vista preciosa y divisamos marisqueras – mujeres recolectoras de marisco-.

Ya en Matmata, tuvimos el placer de poder visitar una casa troglodita, excavada en la montaña. Este tipo de viviendas fueron construidas con intenciones defensivas tanto para defensa del enemigo, como de las inclemencias del tiempo.

CASA TROGLODITA 1

La que nosotros vimos en concreto tenía pintadas, a cada lado de la puerta de entrada, una mano de Fátima hacia arriba, símbolo de protección contra la mala suerte y el mal de ojo. También en la puerta, pero ya en el interior del marco de la misma, había pintado un pez, símbolo de la abundancia.

Nada más abrir las puertas llegamos a una gran caverna-recibidor, que no tiene puerta y da a un patio exterior semicircular, excavado en la montaña, con lo que la cueva queda parcialmente iluminada por la luz del sol.

CASA TROGLODITA 13

Alrededor de este patio se distribuyen las diversas habitaciones, algunas de las cuales están excavadas en partes más altas de la montaña, por lo que se accede a ellas por escaleras excavadas en la misma roca.

En ocasiones, hay que trepar utilizando una cuerda. En nuestro caso, la cuerda sólo era de prueba, pero antiguamente sí que se servían de ella.

CASA TROGLODITA 6

Si sales de la vivienda y subes por la ladera de la montaña, desde arriba se ve el agujero que conforma el patio y unas cavidades en la roca, que son las entradas de las habitaciones, pero hay que rebuscar, no es fácil localizar estas viviendas, porque se confunden con su entorno, al aprovechar la propia montaña para su construcción.gastroystyle---CASA TROGLODITA 11

Pudimos ver todas las estancias de la casa: la cocina, los dormitorios, la almazara de aceite, el almacén, etc. Me resultó especialmente sorprendente el baño, situado en lo alto de la montaña, en el exterior de la casa.

Es impresionante la paz que se respiraba allí. Habría sido interesante poder pasar una o dos semanas en un lugar semejante, sin ruidos, ni móvil, ni civilización, sólo uno consigo mismo.

Ese día comimos en Matmata, en un restaurante llamado Les Berbères, donde pudimos probar la gastronomía típica del lugar, como el couscous. Es importante saber que la cocina en Túnez tiene texturas y sabores muy diferentes a las de la cocina española y los dulces son también bastante distintos, menos esponjosos, con mucha miel, dátiles, frutos secos, etc. ¡ Son una delicia!.

Acto seguido, ya desde el restaurante, comenzó la aventura del desierto, pues desde este momento el resto del trayecto hasta el Ksar Ghilane se hizo en 4 x 4.

Algo que llamó la atención a lo largo del día fue cómo, progresivamente, iba cambiando el paisaje para ir pasando a ser cada vez más árido y desértico.

Es de interés el dato de que parte de este trayecto pasa por la ruta del Rally Dakar, antiguamente París-Dakar, y, la parte del rally que pasaba por Túnez, después se convirtió en un “Rally Internacional de Túnez”.

ROSA DEL DESIERTO A LA ENTRADA DEL BAR TOUJANE

Hicimos una parada técnica en el pueblo de Toujane, en un bar llamado “Bir Sultán” donde tomamos un té.

BAR BIR SULTAN TOUJANE 1

En el bar, pegadas a las columnas y paredes, se veían tarjetas que la gente, tanto famosos como particulares, y equipos de motos y coches de rally, mundialmente conocidos, como “KTM”, “BMW”, “CITROËN”, “TOYOTA”, etc., que habían pasado por allí y habían ido colocando. Era muy curioso.

Fue aquí donde uno de los conductores nos hizo turbantes con nuestros pañuelos, consiguiendo que pareciéramos autóctonos del lugar.

ARQUEOLOGÍA CAMPAMENTO 4

Después salimos hacia territorio nómada, en dirección al Ksar Il Ghilane, también conocido como Henchir Tébournouk, el más meridional de los oasis tunecinos, al sur del país, ubicado en el límite oriental del Grand Erg Oriental y una de las puertas del desierto del Sáhara, considerándose además un yacimiento arqueológico.

Se nutre de una fuente de agua caliente y tiene efectos termales. Junto a esta fuente está situado el campamento Ksar Guilane (Yadis Pansea).

Por el camino tuvimos la suerte de encontrarnos con le tour du sud tunisien, lo que ralentizó un poco la marcha, pero fue toda una experiencia poder seguir una vuelta ciclista en vivo y en directo, poder acompañarlos. No es algo habitual.

CAMPAMENTO 6

El campamento estaba organizado en grupitos de jaimas y una serie de estructuras, tales como restaurante, bar, piscina de agua termal, etc., que se agrupan alrededor de una torre, desde la cual se pueden hacer maravillosas panorámicas. Tiene todas las comodidades de un hotel, aun estando en el desierto.

CAMPAMENTO 4

Cada jaima consta de cuatro camas, electricidad, aire acondicionado y calefacción, así como de baño privado, y los muebles son de hierro forjado. Las jaimas son de lino, tienen forma octogonal y el suelo pavimentado. Se cierran a base de cuerdas.

QUAD 2

Allí continuó la aventura del desierto con dos posibles actividades: subir en dromedario, una gran experiencia espiritual, acompañada del inmenso placer de poder contemplar la puesta de sol, o ir en quad por las dunas del desierto. Lo pasamos estupendamente y sacamos fotos y vídeos divertidísimos.

QUAD 6 DUNAS

También coincidió nuestra estancia en el desierto con otro evento que se celebra anualmente, el marathón del desierto “100 Km. Sahara  o 100 Km. of Sahara 18th Edition».

HACIENDO PAN 6

Antes de cenar, nos enseñaron cómo se hace el pan en el desierto. Elaboraron dos panes que pudimos degustar a la hora de la cena.

HACIENDO PAN 7

Es curiosísimo, porque encienden una hoguera, hacen un hueco entre las cenizas, colocan el pan amasado y con forma de hogaza en dicho hueco y echan ceniza encima. Esperan un rato y le dan la vuelta realizando la misma operación. Lo dejan otro rato, lo sacan, lo limpian bien, y listo para comer. Parece increíble, pero es real y exquisito.

Luego cenamos en el restaurante del campamento y dormimos en la jaima.

ZORRITO DEL DESIERTO

Había por allí una fauna bastante interesante: escorpiones -nosotros no vimos ninguno, todo hay que decirlo- gatos, ranitas, geckos, cucarachas, escarabajos redonditos, etc. También vimos, aunque éstos estaban en jaulas, zorritos del desierto y pajaritos.

A la mañana siguiente, 12 de octubre, día de la Virgen del Pilar, como casi todos los días, nos despertamos antes del amanecer, a las 5:00 de la mañana, con la intención de hacer fotos. Si bien el día amaneció nublado, y de hecho por la noche había llovido a cántaros, pudimos hacer buenas fotos desde la torre del campamento.

CHENINI 1

De camino a la isla de Djerba, hicimos una parada para visitar Chenini, una aldea bereber en ruinas, enclavada en la región de Dahar, en el distrito de Tataouine (la puerta del desierto), al sur de Túnez. Fue construida en el siglo XI y está todavía parcialmente habitada. Se erigió como Ksar o granero fortificado, entre dos crestas de una colina, para protegerlo de las bandas de asalto. A nosotros nos la enseñó un guía local.

CHENINI 14

A uno le da la sensación de encontrarse contemplando una aldea troglodita cuando pasea por sus intrincadas “calles” o más bien recovecos, porque las viviendas, en parte, están excavadas en la montaña y el resto de la vivienda, acabada en piedra, mimetizándose así perfecta y armoniosamente con su entorno natural. Las viviendas están contrapeadas unas contra otras, siguiendo el curso natural de la montaña, no percibiéndose así la existencia de tal pueblo.

Cuando entramos en la vivienda, nos encontramos con un amplio recibidor, que lleva a un patio, desde el cual se accede a las habitaciones.

Visitamos alguna de estas viviendas por dentro y en el interior de una de ellas, disfrazaron a dos compañeros de viaje con los trajes típicos de allí. Fue esta otra curiosidad.

CHENINI 19

Al ver la aldea desde abajo, uno cree ver una muralla defensiva. Sólo hay una palabra para describirlo: IMPRESIONANTE.

HOTEL GITE (CHENINI) 2

En la actualidad, en la aldea hay bares, restaurantes, un hotel – Hotel Gite- con su piscina, muy chiquitina, pero una piscina a fin de cuentas, establos, etc. Los aldeanos utilizan todavía algunos edificios para almacenar grano.

MEZQUITA DE CHENINI

Domina en la aldea una imponente y bonita mezquita blanca. La aldea sigue resistiendo contra el tiempo y en ella se mantiene una vida tradicional muy sencilla a pesar de los siglos. Aquí se filmaron muchas escenas de Star Wars.

Son típicas de allí y de terrenos desérticos en general, las coloquialmente conocidas como “rosas del desierto”, es una roca sedimentaria evaporítica formada en los desiertos cuando se forman diversas capas de yeso, barita, agua y arena. Produce cristales muy bellos, que recuerdan la forma de una rosa. Se da en ambientes muy evaporíticos, ricos en aguas sulfatadas.

CHENINI 7

También allí vi por primera vez las máscaras decorativas de cuero con cara de mujer bereber. Son una preciosidad.

Desde allí nos dirigimos a la isla de Djerba, donde nos alojamos en el hotel “Illiade Club” Magic Hotels Djerba. Comimos en el hotel y por la tarde visitamos el “Houmt Souk”, la capital de la isla, donde tuvimos tiempo libre para pasear y hacer compras, practicando así uno de los deportes favoritos de allí, el regateo. Fue francamente divertido.

Esa noche, tras ducharnos y cenar en el hotel, pasamos a la terraza del mismo, donde hubo karaoke y pudimos cantar “Despacito” y “La chica yeyé”. Lo pasamos en grande y, tras el karaoke, abrieron la discoteca, y así pudimos bailar una canción que nos encantaba a todos “Vivir mi vida” de Marc Anthony.

AVENTURA BARCO PIRATA ELYSSA 1

Al día siguiente, 13 de octubre, todavía en Djerba, tuvimos la oportunidad de disfrutar la visita al barco pirata, llamado Elyssa, para así poder ver la parte más famosa y bonita de la isla, “Rass Remal”, lugar donde discurre el capítulo de la Odisea de Homero referido a la isla de las sirenas, cuyo canto hacía enloquecer a quien las oyera. Ulises y sus compañeros consiguen con una treta pasar ante ellas sin sucumbir ante sus encantos.

gastroystyle---AVENTURA DEL BARCO PIRATA. PAISAJE 1 - copia

Se trata de una maravillosa y extensísima franja de playa virgen. Sin hoteles, ni infraestructuras de ningún tipo. Sólo playa, hamacas con sombrillas de paja y muelles de madera para poder atracar los barcos.

AVENTURA BARCO PIRATA ELYSSA 24

Lo que sí hay, es la posibilidad de subir en dromedario. Los que en el desierto eligieron el quad, ahora pudieron aprovechar la oportunidad para familiarizarse con estos amables animales.

Aunque el tiempo no acompañaba y, por ello hubo que volver pronto, algunos osados aprovecharon para darse un baño en sus limpias aguas.

AVENTURA BARCO PIRATA ELYSSA 25

No se trata de una travesía en barco simplemente. Es espectáculo, pues la tripulación, vestida para la ocasión, hace una representación pirata, realizando una serie de acrobacias subidos a los obenques del barco. Es diversión, pues hacen demostraciones de magia, bailan con los pasajeros, etc. Merece la pena subir.

AVENTURA BARCO PIRATA ELYSSA 20

Comimos en el mismo barco una comida especial que prepararon a base de Dorada a la brasa, cangrejo, una ensalada y espaguetis picantes, pero no exageradamente picantes tampoco; todo estaba realmente delicioso.

Cuando volvimos al hotel, tuvimos la tarde libre para descansar, así que algunos salimos a la playa del hotel y nos colocamos en las tumbonas preparadas al efecto, donde dormimos una placentera siesta, antes de prepararnos para ir a cenar al restaurante “Haroun”, que emula un barco pirata. Se trata de un maravilloso restaurante, donde, por un precio bastante asequible, se come muy bien, tanto en cantidad como en calidad. Lo que más destacó fue la langosta.

El día 14 de octubre fuimos de vuelta hacia “El Mahrès”, vía Mareth y Gabès. Fue básicamente un día de recorrido en autocar para dirigirnos hacia El-Jem, el anfiteatro o coliseo romano y hacia el pueblo de Hammamet.

En el pueblo de Ajim, cogimos el ferri para cruzar hacia Jorf.

Por el camino, paramos para comprar dátiles y granadas en el pueblo de “Kettena” (gobernación de Gabès). Aquí se venden los mejores dátiles de Túnez. Son todo un delicatessen, sabrosísimos. Ese día comimos en el Pueblo de El Mahres, concretamente en un restaurante llamada “Tamaris”.

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Ya por fin llegamos al anfiteatro El-Jem, en la ciudad de El-Jem. Es el mayor anfiteatro romano de África y el cuarto más grande del mundo, así como uno de los mejor conservados.

CIRCO 3

Es el monumento romano más conocido de Túnez. Tiene forma elíptica y fue construido en el año 238 d.C. Reemplazó a otros 2, que, por cuestiones demográficas, se quedaron pequeños.

CIRCO 6

Al llegar a Hammamet, localidad tunecina a orillas del Mediterráneo, situada a unos 60 km. de Túnez, nos alojamos en un hotel paradisíaco, El Manar de cinco estrellas super lujo, http://Manar.magichotelsandresorts.com. De él nos llamaron la atención unas cuantas cosas: había una piscina por cada dos habitaciones situadas en la planta baja, contamos además 7 piscinas comunes al aire libre. Si continuabas caminando, llegabas a la playa privada del hotel, con catamaranes, hamacas y sombrillas. Cerca de la playa, en el propio hotel, se encuentra el mejor restaurante de la zona, el Baia, donde va a comer la jet-set.

Al día siguiente, 15 de octubre, salimos en dirección hacia el aeropuerto de Túnez para volver a Madrid, pero antes visitamos el Hotel Vincci Nozha Beach www.vinccihoteles.com/fre/Hotels/Tunisie/Hammamet/Vincci-Nozha-Beach-Spa. Mereció la pena la visita. Tiene salas decoradas al más puro estilo tunecino. Vimos todas las estancias e instalaciones y una habitación.

SIDI BOU SAID 8

También visitamos Sidi Bou Said (“Señor aquel que”), un pueblo costero, caracterizado por su colorido blanco y azul, que se ha mantenido así con el paso de los siglos, gracias al Barón Rodolphe d’Erlanger, que se enamoró del lugar y en 1.920 dictó una ley que obligaba a sus habitantes a pintar y mantener las casas de color blanco y las puertas, ventanas y rejas en azul claro.

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De hecho, si alguien pinta la casa de algún otro color tiene que pagar un tributo al Ayuntamiento.

SIDI BOU SAID 1

Por sus pintorescas callejuelas abundan los pequeños comercios y puestecitos de venta de artesanía. Se trata del lugar de veraneo de la gente rica de la zona.

CAFÉ DE NATTE 1

En el pueblo hay varias cafeterías muy famosas, como el Café Delice, donde tomamos un té verde con menta y piñones, infusión típica de aquí, pero el café más antiguo y más famoso, se llama “Café de Natte” (café de las esteras), o café colgante, por su altura y es digno de verse tanto por fuera como por dentro. Llama la atención por su decoración y confort. Da gusto pasar el rato en su interior.

También visitamos el cementerio. Las tumbas de los hombres y las mujeres son diferentes, las de las mujeres se distinguen por una especie de tablilla de piedra vertical a los pies de la misma.

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Desde allí nos dirigimos en autocar con gran pesar hacia el aeropuerto de Túnez desde donde tomamos el vuelo TU 606 de Túnez a Madrid, a las 15:15 horas.

¿Lo mejor de este viaje? Me quedo con los organizadores: Basma, Yasser y Naoufel, y con los otros treinta y nueve compañeros de viaje y con la buena armonía y el buen ambiente que reinó entre nosotros. Será por siempre un viaje inolvidable. Si bien fue bastante apretado, pocas veces he disfrutado tanto. La organización ha sido perfecta y eso es de agradecer, así que puntúo con un diez a nuestros super organizadores.

Túnez es un país precioso, repleto de monumentos que visitar, aventuras que vivir y actividades a realizar. Uno termina emocionado contemplando sus parajes. Son destacables su cultura, su artesanía, sus monumentos, su gastronomía y sus gentes. Es un destino fantástico para hacer un viaje multiaventura. Pero hay que permanecer allí por lo menos una semana para poder disfrutarlo de verdad.

Los tunecinos son maravillosos, amables, graciosos y aprecian mucho a los españoles. Siempre intentan entablar conversación con los extranjeros.

Se trata de un país que no reviste ningún peligro, es más, desde mi humilde opinión, creo que es bastante seguro.

Este viaje ha sido una experiencia maravillosa que hay que repetir, pues queda todavía mucho por ver.

http://www.planettravel.es/

 

Ana Belén Toribio
Ana Belén Toribio
Periodista y sumiller. CEO y Directora.

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