Contrapunto entre el vino M de Murua y Cohiba Siglo VI

Maridar el vino que tenemos todavía en nuestras copas cuando hemos terminado una comida con un habano puede ser un conjunto de sensaciones extremadamente gratas como es el caso del vino M de Murua 2019 con el Cohiba Siglo VI

Tras una comida gloriosa, a la que podríamos denominar perfectamente como banquete, abrir el humidor y encender un Cohiba Siglo VI nos permite maridarlo con el vino M de Murua 2019 de las bodegas Masaveu con el que hemos alegrado los platos gastronómicos para prolongar las ricas sensaciones.

El vino M de Murua 2019 es un producto muy exclusivo de la bodega riojana de Masaveu. Quizás porque solo elaboraron 3.615 botellas. Vino de uvas tempranillo de los viñedos más antiguos de la zona de Laguardia, en la rioja alavesa. Viñedos con una edad de entre 63 y 70 años. Surge un vino de color picota, aroma intenso bien centrado en la fruta.

Nuestro Cohiba Siglo VI es quizás más conocido por los aficionados a los Habanos por su vitola de galera Cañonazo. Nos ofrece todo un mundo de percepciones desde las primeras aspiraciones. Posiblemente sea gracias al añejamiento especial de los tabacos que componen los cigarros que son torcidos en la fábrica de El Laguito.

Este Rioja es un Crianza procedente de barricas nuevas de roble francés. Allí ha permanecido durante 18 meses. En boca desarrolla tonos aterciopelados, buena untuosidad y una apreciación de las frutas guardadas ese espacio de tiempo en la madera.

Este habano tiene 150 milímetros de longitud y un cepo de 50. Nos ofrece nada más comenzar el primero de sus tercios todos los rastros melosos y amaderados. Esto junto con unas notas tabaqueras bastante suaves debido a su ligada caracterizada por una fortaleza de tipo medio (tres sobre cinco).

En boca, la entrada del M de Murua 2019 es golosa y con mucha finura. Se trata de un vino elegante, aterciopelado, con personalidad y volumen. Se aprecia el frescor de la añada y una justa acidez, con el sabor a frutos rojos que viene acompañado de aromas de roble francés refinado.

Por su parte, el Cohiba tiene una magnífica densidad de humo en la boca en el que la madera y la tierra completan el sabor del tabaco. La conjunción con el M de Murua nos ofrezca mucha finura y espléndidas sensaciones. Somos capaces de captar la acidez bien entonada del vino, gracias a sus 14,5 grados.

Avanzada la combustión del Cañonazo seguimos el efecto de algunas notas terrosas acompañadas de un cierto ligero picante que junto con el sabor a frutos rojos del vino nos deja una impronta de ricas sensaciones en boca sin ningún tipo de aristas.

Ya en el último tercio del habano y los finales compases de nuestra copa podemos percibir la huella de una excelente maduración tanto del Cohiba como del M de Murua, posiblemente en este último con un acertado frescor de la Excelente (calificación del 2019) añada del rioja alavesa.