Contrapunto entre Glenlivet 12 años y Ramón Allones No. 3

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Por aquello de que todos los aficionados acogemos las novedades de Habanos con gran entusiasmo esta tarde he decidido maridar el Ramón Allones No. 3 con un whiskey de malta garantizado y prestigiado como es el Glenlivet 12 años

Nuestra nueva vitola de Ramón Allones nos garantiza desde antes de iniciar su encendido que su formato, con 138 milímetros de longitud y de cepo 52, ofrecerá un gustoso paso de los sabores a la cavidad bucal y un estupendo tiro para poder apreciar la buena densidad de humo.

El Glenlivet se elabora en Moray (Escocia), es de malta única y se trata de la destilería legal más antigua de la parroquia y el lugar de producción del escocés del mismo nombre, que reúne los tres elementos fundamentales en el proceso de fabricación del whisky como son el agua de manantial, alambiques de cobre y barricas de roble que se han mantenido sin cambios de la misma manera que los procesos manuales de fabricación.

Mientras encendemos nuestro habano de esta tarde sabatina, su buen gramaje ya nos da a entender que vamos a encontrarnos con lo que los cubanos llaman “un tabacazo” pues sus más de 18 gramos de tabaco y la garantía de su fortaleza de cinco sobre cinco comienza a mostrar su carácter ya en las primeras bocanadas.

Tras su color de oro pajizo el Glenlivet 12 años muestra sus aromas florales y frutales al derramarlo en un vaso ancho mientras le añado unas gotas de agua fría para “abrir” este destilado y poder encontrar matices y trazas que de otra manera no sería posible, pero la malta tostada salta ya desde los primeros tragos, siempre después de que hayamos acomodado nuestro paladar a los rastros del Ramón Allones.

El conjunto en boca hace que la fortaleza y los toques picantes del habano muestren sus mejores momentos con este destilado escocés de 40 grados, que aporta notas de vainilla y anisados más bien dulces, lo cual forma unas más que gratas sensaciones en las papilas gustativas, mientras los aromas tabaqueros también estimulan las notas frutales de la fragancia del whiskey de malta única.

Hacia la mitad de la combustión del Ramón Allones nos llega un mantenimiento de los picantes e incluso de la fortaleza que se prolongan hasta el final de la fumada mientras que el sabor a malta tostada del Glenlivet ayuda a componer una verdadera sinfonía que nos durará más de una hora.