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El Palacio de Arriluce es un marco de lujo para la inspiración

Tiempo de lectura: 6 minutos

El Palacio de Arriluce, con su arquitectura imponente y sus interiores sofisticados, evoca un ambiente de lujo y elegancia que puede inspirar tanto a escritores como a poetas

Imagina sentarte en uno de sus salones, con una taza de té caliente, mientras observas el paisaje a través de una ventana de cristal tallado. El silencio y la belleza del lugar podrían transportarte a otro tiempo y lugar, estimulando tu creatividad.

Se trata de la casa familiar del marqués Fernando M. de Ybarra. Ha abierto como hotel cinco estrellas en Getxo (Vizcaya). Hablamos del Palacio Arriluce. Es una de las mansiones de la Calle Atxekolandeta. Cuenta además con un estupendo restaurante gastronómico, Restaurante Delaunay y unas vistas impresionantes a la ría – pronto os contaré la experiencia en este estupendo restaurante-.

Neguri es un barrio de los cinco que tiene Getxo y no es cualquier cosa… Apenas 20 km separan al municipio vasco del centro de Bilbao.

Neguri es históricamente conocido por ser la zona residencial de familias de la alta burguesía. Estas familias tuvieron gran influencia en la política y en el mundo empresarial del país a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Y es en este barrio donde se encuentra la Calle Atxekolandeta. Aquí surgen espectaculares construcciones levantadas hace un siglo durante la época dorada de la localidad. Son calificadas desde 2001 como Bien Cultural. Una de esas mansiones es la que construyó en 1912 el arquitecto José Luis Oriol para su cuñado Fernando María de Ybarra. Fernando era empresario, abogado, diputado a Cortes y vicepresidente del Congreso (en 1918 sería nombrado eI marqués de Arriluce).

Este edificio, de estilo neogótico, muy del gusto de entonces, fue utilizado como casa privada hasta 1936. En ese año el marqués es asesinado, y la familia lo abandona. Con el paso de las décadas y el poco uso se va deteriorando. Hasta que los propietarios deciden reformarlo y convertirlo en el primer hotel cinco estrellas de la zona. Así, Palacio Arriluce abrió el pasado mes de octubre de 2023. El inmueble está situado sobre el acantilado de la Bahía de Abra y es miembro de Leading Hotels of the World.

Está situado junto al puerto deportivo y cerca de las playas de Ereaga, Arrigunaga o Las Arenas, hasta aquí se llega en un cuarto de hora desde el aeropuerto de Loiu y en tres minutos andando desde la estación de metro de Neguri.

Campo de cróquetCampo de cróquet y capilla privada

Es la hora del aperitivo cuando atravesamos la puerta de entrada de la propiedad. Dejamos a un lado el campo de cróquet y nos recibe el imponente palacio. Como detalle de cortesía nos cogen el coche para aparcarlo… Todo en el palacio son detalles de verdadero lujo en el trato al cliente. Amabilidad y profesionalidad sobresalientes.

Al otro lado de los muros nos sumergimos en una atmósfera muy similar a la que debía de tener hace un siglo: marquetería, tapices, vidrieras, grandes ventanales con vistas al paseo y a la ría, muebles de anticuario, piezas de arte de la primera familia propietaria que ahora se mezclan con obras de arte moderno de autores como Diego Canogar y fotografías del siglo XVIII y XIX… «Las obras de renovación han sido costosas y largas. Duraron cuatro años, y se han llevado a cabo con el mayor respeto al edificio original», comentan en el hotel.

Durante la reforma, se ha recuperado la escalera noble, el tragaluz, el suelo de la zona donde vivía la familia, la biblioteca, donde se mantienen los volúmenes originales, algunas puertas, las vidrieras de la capilla privada… A la entrada del hotel y a la derecha está el bar inglés, llamado Kupka y donde sirven bebidas y platos ligeros durante todo el día. Está situado frente a la recepción en lo que fue la biblioteca familiar.

La antigua capilla familiar, donde se mantienen las vidrieras originales, se ha restaurado y se ha convertido en un homenaje al champagne (botellas de diferentes marcas se muestran en el "altar"). Forma parte del bar inglés Kupka.La antigua capilla familiar, donde se mantienen las vidrieras originales, se ha restaurado y se ha convertido en un homenaje al champagne (botellas de diferentes marcas se muestran en el «altar»). Forma parte del bar inglés Kupka.

Dispone de 39 habitaciones y 10 suites

El palacio cuenta ahora con 49 habitaciones, de las que 10 son suites, y que se reparten 33 en el edificio principal, y el resto en una zona de nueva construcción, situada en un lateral del palacio, llamada La Pérgola y que antes se usaba como zona de paseo cuando llovía. Estas nuevas estancias tienen terraza, jardín privado y vistas al campo de cróquet. De todas, la más espectacular de todas es la suite Arriluce, de 63 m2 y terraza de 28 m2 desde la que se ve la parte trasera de la propiedad que se asoma a la ría y a la Calle Atxekolandeta.

Suite Arriluce.Suite Arriluce.

En esta zona se encuentra también la piscina infinity – sólo para huéspedes-, con solárium, y La Ría Pool Bar, una barra que dispensa aperitivos, cafés o copas a cualquier hora cuando el tiempo lo permite. El lugar invita a celebrar aquí algún evento social o familiar, y en estos casos el hotel se puede cerrar en su totalidad para un cliente.

Vistas desde el palacio sobre la bahía del Abra, en Getxo. Vistas desde el palacio sobre la bahía del Abra, en Getxo.

De puertas para dentro, todas las habitaciones comparten interiorismo, tonos tranquilos, donde no falta el azul Bilbao, mucha madera, muebles tapizados, gruesas cortinas, y obras de arte. Es simplemente ¡¡impresionante!!.

Restaurante Delaunay

En cada una de ellas hay al menos una lámina de Sonia Delaunay, amiga de la primera marquesa de Ybarra. «Hemos estado tres años comprando obras de esta artista en subastas por todo el mundo», explica el director del Arriluce. El espíritu de Delaunay está presente en muchos rincones del hotel, como en esa chimenea de mármol negro que la pintora ucraniana ideó para la habitación de la marquesa, y que hoy preside el restaurante gastronómico, que se llama también Delaunay.

El restaurante se llama Delaunay, y mantiene la chimenea que la artista ucraniana diseñó para la primera marquesa.El restaurante se llama Delaunay, y mantiene la chimenea que la artista ucraniana diseñó para la primera marquesa.

Con capacidad para 40 comensales, aquí se sirven los desayunos buffet, los almuerzos y las cenas, todo bajo la dirección del chef Beñat Ormaetxea, quien ha optado por platos de la cocina vasca pero con una presentación del siglo XXI. En la despensa, ingredientes de kilómetro cero, y una carta en la que no falta el pescado y marisco del día que traen de la cercana lonja de Bermeo.

Las zonas comunes continúan en la planta sótano del palacio, con una sala privada para catas, un gimnasio equipado con máquinas Technogym, spa (con jacuzzi, camas calientes, chorros, sauna húmeda y finlandesa) y zona wellness con cabinas de tratamientos.

Zona de wellness Zona de wellness.

Es un hotel tan especial que quien lo quiere no le importa lo que le cueste. La poesía es el lenguaje ideal para expresar las emociones y sensaciones que se experimentan en un lugar como el Palacio de Arriluce. Un poema podría describir la belleza de los jardines, la suavidad de las sábanas, el sabor de la comida, o simplemente la sensación de relajación y bienestar.

El Palacio de Arriluce es un hotel de lujo que evoca una atmósfera de elegancia y sofisticación.

En muros antiguos, donde el tiempo danza, un palacio se alza, majestuoso y grandioso. Arriluce, su nombre, una melodiosa danza, que invita al descanso, placentero y reposado.

Sus salones nobles, con luz tenue y dorada, cuentan historias de amor, de pasión y de gloria. Cada rincón, un tesoro que ha sido guardado, para aquellos que buscan la vida en su mejoría.

Jardines cuidados, donde el alma se recrea, Y aguas que cantan una melodía eterna. En este lugar, el tiempo parece detenerse, y la felicidad se hace más certera.

Así, el Palacio de Arriluce, un sueño hecho realidad, donde el lujo y la historia se dan la mano en unidad.

Lo que está claro es que en Arriluce, el lujo es un arte, y el huésped, un rey. Es un palacio con un lujo ancestral, jardines secretos y donde el alma se siente reposada.

Realmente, este hotel es un destino en sí mismo que merece mucho la pena conocer. En el Palacio de Arriluce cada amanecer es un poema que la naturaleza escribe sobre el cielo. Un canto a la vida que se respira en cada rincón de este hotel de lujo.

Ana Belén Toribio
Ana Belén Toribio
Periodista y sumiller. CEO y Directora.

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