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Al igual que en muchas otras áreas, la crisis del coronavirus está afectando enormemente a los intereses del sector vinícola en general
«Nos encontramos en un mundo interconectado donde unos ámbitos se nutren de otros. Así, la pandemia originada por el covid-19 ha supuesto un golpe sin precedentes para este sector del vino. El motivo es el cierre total del canal Horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías). Esto supone un problema porque es la principal fuente de comercialización para la mayoría de las bodegas a nivel nacional.
Como riojano y por la gran potencia vinícola que supone La Rioja, gracias a los vinos elaborados bajo la denominación de origen más antigua de España, estoy siguiendo muy de cerca esta inaudita recesión. Este sector supone aproximadamente el 20% del PIB de la Comunidad Autónoma. Esto hace entrever que, inevitablemente, dejará seriamente dañada la economía de la región. Y este mismo concepto, lo podemos hacer extensible y extrapolar al resto de denominaciones que existen en España.
La audacia se hace elemento esencial en estos tiempos para conseguir minimizar al máximo los efectos derivados de la crisis. Por norma general, la facturación de las bodegas se ha visto reducida de manera significativa. En detrimento de ello, han aumentado las ventas en los supermercados y en el sector de la venta online, debido al mayor consumo de vino en los hogares españoles. No obstante, ambas juntas no consiguen equiparar las grandes pérdidas ocasionadas por el cierre de la hostelería durante el estado de alarma.
De esta forma, la reacción por parte de las bodegas no se ha hecho esperar. Han tenido que idear y poner en marcha distintas estrategias empresariales para contrarrestar tales efectos. Muchas de estas bodegas dependen para sus elaboraciones de la uva que les proveen viticultores externos a las mismas. Estos ya han manifestado que durante este año van a limitar su compra al máximo. O quizás, simplemente, no adquirirán su más preciado producto que con tanto esmero cultivan.
Ante estas circunstancias, se ve casi obligatorio el intensificar algunas de las tareas que con normalidad se realizan en el campo durante todo el proceso de cultivo de la vid. El propósito es limitar al máximo la producción de uva. Una de ellas es la poda en verde o espergurado de la viña. Esta labor es primordial porque permite la selección de los racimos que a posteriori permanecerán en la cepa. Este año se tendrá que llevar a cabo con mayor insistencia si cabe. La idea es que la adopción de ésta y otras medidas agrícolas nos lleven a conseguir una disminución en la cosecha final, que redundarán a su vez, en un aumento de la calidad de la uva.
Viñedo en Haro (La Rioja)
Las fórmulas para la promoción de la venta de vino también están cambiando, evolucionando y adaptándose al nuevo escenario de juego. Las bodegas tienen ahora, más que nunca, como target principal al consumidor final que se encuentra en sus casas, conectado día y noche a las redes sociales a través de sus móviles. Esto ha originado con mucho tino, que un gran número de ellas hayan optado por llevar a cabo una mayor promoción a través de descuentos por pedidos, haciéndolos llegar de manera gratuita a los domicilios. Asimismo, consiguen que ese cliente real o potencial se involucre en el conocimiento de las características organolépticas de los vinos que elaboran mediante la participación en catas virtuales ofrecidas y organizadas en redes como Instagram y Facebook. Sin lugar a dudas estamos ante una gran estrategia de fidelización para los tiempos que corren, ante la imposibilidad de poder llevar a cabo visitas presenciales en bodegas, viñedos o la realización de las clásicas catas promocionales en bares y restaurantes.
Brindis Centro Riojano de Madrid Cata de vinos azerbaiyanos vs riojanos.