InicioACTUALIDADLa Toscana es la mejor y más deseada comarca de Italia

La Toscana es la mejor y más deseada comarca de Italia

Tiempo de lectura: 7 minutos

Oír hablar de la Toscana italiana y despertar nuestro deseo por ir allí es algo inevitable

Adjunto transcribo el artículo realizado por Juanma Barberá en www.gastronomoyviajero.com que espero sea de vuestro agrado.

Porque hay palabras que la razón no entiende…ni falta que le hace.

Y eso que algunos reportajes televisivos, de viajeros y eso, parecen publireportajes que nos quitan las ganas de ir o de volver, porque no muestran la realidad del lugar.

Por eso, nosotros que hemos recorrido la Toscana de arriba a bajo, cosiendo sus cipreses y casonas a la memoria, te recomendamos que, si quieres disfrutar, nos acompañes en esta aventura.

Arte avasallador

Empezando por el final, la Toscana lo tiene todo, hasta mar si consideramos la costa de Pisa como tal, pero no es lo más representativo del territorio.

Y es que, el «tempo» lo marca su capital, Florencia, con tanto arte en calles y arquitectura que hasta hace enfermar a la gente.

Se llama síndrome de Stendhal o síndrome de Florencia porque fue este escritor quien lo describió como una fobia/estupor producida por la visualización de tal cúmulo de belleza en la ciudad Toscana.

Sin embargo, la Toscana también tiene campiña, y viñedos, y más y más belleza…en un cúmulo casi inabarcable para cualquier humano.

Qué ver

En el norte de la Toscana la ciudad más destacada es Lucca, y en sus inmediaciones, o más bien en Barga, se encuentra il Ponte del Diavolo.

Lucca

Lucca es ‘el patito feo’ de la Toscana porque no aparece destacada en las guías como debiera por su categoría.

Situada al noroeste de Florencia, ha sufrido cierto ninguneo turístico, aunque es una de las más hermosas urbes toscanas.

Conocida como “la ciudad de las 100 torres y las 100 iglesias”, su casco histórico guarda aún una docena larga de iglesias, campanarios y palacios renacentistas.

La ciudad, aparte de la citada muralla renacentista (s. XVI), cuenta con joyas como el Palazzo y, sobre todo, la Torre Guinigi (siglo XIV), que perteneció a la familia del mismo nombre.

El palacio alberga actualmente el Museo Nacional, pero lo que realmente llama la atención es su torre de defensa de 41 metros de altura.

Y no solo porque desde ella se divise toda la ciudad, sino porque en lo alto de la torre hay árboles y un jardín plantado a 40 metros del suelo. Que no se te olvide subir.

El diablo

Por la zona, cerca de Barga, está el puente del Diablo, una joya que tampoco os debéis perder…ni su leyenda.

Esta dice que fue tal la dificultad que surgió para la construcción de este puente que el maestro de obras, desesperado ante la imposibilidad de cumplir con el plazo para su finalización, se echó a llorar frente al río Serchio.

Entonces se le apareció el diablo y le propuso un pacto: el intercambio del alma del primero que pasase por el puente a cambio de terminarlo en una noche. El hombre aceptó y el diablo finalizó el encargo consiguiendo que no se derrumbase a pesar del peso de las piedras.

Sin embargo, este pacto no dejaba de atormentar al hombre que le confesó al alcalde de Barga su acuerdo. Entre ambos decidieron no dejar pasar a nadie hasta que encontraran una solución. Y la encontraron.

La leyenda completa

El pacto con el diablo hablaba de acabar el puente en una noche a cambio de quedarse con el alma del primero que pasase, sin especificar que tuviera que ser un humano. Así que hicieron cruzar el puente a un cerdo (una variante de la leyenda dice que fue un perro blanco). Tras lo cuál, el diablo, enfurecido por la treta, se lanzó a las profundidades del río y desapareció para siempre.

La leyenda también cuenta que en las tardes de otoño un perro blanco aparece aullando rabiosamente, prometiendo venganza.

Pisa

Todo el mundo conoce Pisa por su famosa torre inclinada. Situada al oeste de la Toscana, representa la salida al mar. Una torre que ‘el bueno’ de Benito Mussolini intentó enderezar –a la fuerza- y casi consigue derrumbarla.

Pero esta no fue la única vicisitud que vivió la torre ya que durante la Segunda Guerra Mundial, EEUU decidió demoler todas las torres de la ciudad (incluía esta), dado que según ellos podían ser refugio de francotiradores. Afortunadamente, nada de eso ocurrió y el campanario fue indultado en el último instante.

En fin, que todos los edificios de la plaza del Milagro (ahora ya sabéis porqué se llama así) que es lo más bonito de la ciudad de Pisa, sigue en pie.

Florencia

No hay ciudad en el mundo con la que se le pueda comparar. Puedes dedicarle cuatro días de tu viaje o toda la vida porque la ‘diosa del Renacimiento’ te envolverá y enamorará sin remisión.

Y lo bueno es que Florencia no es ‘cansina’. Vas mil veces, y mil veces te parece que fueras por primera vez, como esa chica o chico que siempre llevarás en tu corazón pase lo que pase.

Es imposible resumir en un puñado de párrafos que representa la capital de la Toscana. Desde Il Duomo, a la Galeria de los Ufizzi, pasando por Palacio Vecchio, la Piazza della Signoria, La Academia, el Palazzo Piti, el Ponte Vecchio, Santa María di Fiore, Santa Croce…

Todo es espectacular y abrumador, por eso es fácil enamorarse con y de esta ciudad.

Allí nació Dante Alighieri, y algunos genios como Miguel Ángel, Brunelleschi, Botticelli, Leonardo…dejaron su huella en parte como consecuencia del poder y el dinero de la Familia Medici (los médicos) auténticos mecenas, casi sin límite, de la ciudad.

Pero Florencia son, sobre todo, sensaciones, calma, slow…basta con mirar y mirar para darte cuenta de que este es la historia de la belleza que describió Umberto Eco.

Siena

Decir que Siena es uno de los lugares más bonitos de Toscana no tiene nada de sorprendente, pero añadir que se nota que ha perdido la batalla del turismo frente a la todopoderosa Florencia, ya tiene más miga.

Porque Siena es preciosa y más abarcable que Firenze, pero, siendo más ‘universitaria’, es más lúgubre, más triste.

En esta ciudad Toscana si te descuidas más allá de las 21,30 será difícil que cenes, y sus calles, salvo la piazza dei Campi, están demasiado oscuras; con poca luz, vamos…como de retirada.

Pero es un lugar de visita ineduble para recorrer sus calles medievales y maravillosas.

Il Palio

Aunque ya no te da tiempo, no está demás que sepas que dos veces al año se celebra ‘Il Palio’. Se trata de una carrera de caballos que enfrenta a las contradas o distritos de la ciudad.

De origen medieval, la competición se desarrolla dos veces al año: el 2 de julio se corre el Palio di Provenzano (en honor a la Virgen de Provenzano) y el 16 de agosto el Palio dell’Assunta (en honor de la Asunción de la Virgen).

San Gimignano

¿Sabíais que Nueva York tiene un homónimo medieval? Se llama San Gimignano y está al norte de Siena, sobre una colina toscana.

Pequeño, amurallado, y famoso por sus torres –gemelas-, algunos señalan que los que viven allí ‘están locos’ -tal cuál- o que se vuelven locos como consecuencia de vivir encerrados entre murallas.

Nosotros no sabemos si será verdad, pero tu si estarás loca/o si no vas a ver este pueblo tan espectacular.

Irresistiblemente bello, aquí el poderío de las familias adineradas no se medían por el mejor chalet, coche o barco, como ocurre ahora, sino por quien hacía la torre más alta.

Fundado como un pequeño pueblo en el siglo III a. C. por los etruscos, su historia más esplendorosa comienza en el siglo X, cuando adopta el nombre del obispo San Geminiano, que la había defendido de los hunos de Atila.

La creta

Finalmente, y no muy lejos de Siena, ya en pleno corazón de la Toscana, está la Creta auténtica con San Quirico D’Orcia, Monterriggioni, Montalcino y Montepulciano.

Y, en medio de ellos, Pienza, que es como un cuento de hadas; el pueblo del amor por excelencia.

Si no lo crees no tienes más que recorrer sus calles dedicadas al amor, al beso… una monada, para que vamos a engañar.

Gastronomía

Tomar un aperitivo de queso pecorino con compota de pera junto a una botella fría de rosso (nuestro rosado) de Pietraserena, no tiene precio.

Por eso la gastronomía toscana, en la que se incluyen sus famosos vinos de Chianti, Barolos…es una delicia entre un paisaje demoledor.

Con respecto a los productos y guisos, destacan desde la trufa negra de San Miniato, a la Ribollita (una sopa de verduras), pasando por los faggioli (judías blancas) o las tripas florentinas (callos).

También es famosa la garmugia, que con una base de caldo de carne, es una menestra de verduras que contiene habas, alcachofas…

Del Fagioli

Además debes probar la crepe di formentone ottofile e fagioli cannellini di San Ginese o los Pici con ragú blanco de cinta senese.

Giglio

En cuanto a los restaurantes, nuestras recomendaciones comienzan en la Osteria L’Upupa, en San Miniato, y siguen por Da pode, en San Gimignano.

En San Quirico D’Orcia, la Fonte alla vena y Taberna di Ciaco; en Siena, Futura Osteria y L’ Orciacia ; en Pisa, Erbaluigia y en Lucca, Il Mecenatte y Giglio.

Finalmente, en Florencia hay muchos lugares buenos donde comer, o picar algo con algún buen vino como Del Fagioli, Podere 39, Bibe, Da Burde y Zeb, y en Montepulciano, la taberna del Grapollo Blu.

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