InicioACTUALIDADRaquel Fernández es una futura arquitecta apasionada por los habanos

Raquel Fernández es una futura arquitecta apasionada por los habanos

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Raquel Fernández Díaz es una estudiante de Arquitectura que ya lleva más de un trienio de antigüedad en su pasión por los habanos después de que la afición le naciera en el grupo de compañeros de la universidad y siempre en buena compañía

Madrileña de familia también de Madrid. Raquel comenzó sus estudios de Ingeniería Aeronáutica, aunque luego prefirió pasarse a la carrera de Arquitectura en la que se encuentra perfectamente acomodada con el desarrollo de sus propias habilidades.

Comenzó su andadura por el Mundo de los Habanos gracias a que algunos de sus antiguos compañeros y futuros ingenieros la introdujeran en el mismo. Recuerda perfectamente que sus inicios fueron con los Montecristo No. 4 y No. 5, aunque el primero de todos fue un Cedros de Luxe No. 3 de Romeo y Julieta, una Mareva que le gustó mucho.

Y es que hay que reconocer que aquellos quienes piensan que los puros son cosa de personas mayores están ciertamente equivocados. Hay ahora muchos jóvenes que disfrutan con las distintas vitolas de las 27 marcas que dispone el vitolario de Habanos.

Ahora ya pasado el ecuador de su carrera recuerda que se inició cuando había ocasiones y fiestas importantes, pues siempre “comprábamos algún puro y nos los fumábamos todos juntos para comentarlo y disfrutarlo muy especialmente”, asegura Raquel.

A sus 23 años esta futura arquitecta nos dice que le gustan los Habanos de fortaleza media y no muy grandes. Por ejemplo las vitolas denominadas Perlas (de 102 milímetros de longitud y de cepo 40). Fumárselos acompañados de un buen whiskey como un Jack Daniel’s que un whiskey americano de Tennessee.

En su memoria quedan archivados con cariño otros habanos como un Rey del Mundo, que Raquel define como muy suave. De Choix Supreme dice que es muy gustoso y agradable y que no se hace pesado. El problema según ella es cuando se trata de cigarros muy largos. También recuerda un Cohiba Robustos que fumaron el verano pasado para celebrar que habían terminado el curso.

Su pareja, a la que conoció estudiando Ingeniería Aeronáutica –que él ya ha finalizado- comparte también su afición por los Habanos. Cuenta que el verano pasado han disfrutado, casi a diario, de los puros escogidos para esos momentos y de la playa Mil Palmeras en Orihuela (Alicante), en la casa que tienen sus padres allí.

Entre sus aficiones destaca el deporte (“hacer mucho deporte”). Sale a caminar y va al gimnasio a clases de levantamiento de pesas, aunque también le gusta mucho la fotografía y dibujar, que es una de las razones por las que se cambió en segundo de ingeniería a la escuela de Arquitectura.

Raquel afirma que le encanta cocinar (y comer en restaurantes). Lo hace bien, pero que le gustaría realizar un curso de cocina. Las legumbres le salen muy ricas, aunque es una verdadera experta en la tarta de queso, que le elabora estupendamente.

“Disfruto con unas buenas patatas bravas, la tortilla de patata con cebolla… y la pizza con piña”, pues “me encanta la fruta y se la pongo a todos los platos que puedo”, nos dice Raquel, quien es una visitante habitual de la sede del Club Pasión Habanos donde nos hemos encontrado.

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