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Por Orang Merah. Ingeniero de Minas
La memoria son los recuerdos novelados
Las damas inglesas tienen el té de las 5, que escancian desde preciosas teteras de porcelana, acompañándolo de sándwiches de queso fuerte, de pepinillos, de apio, pastelitos, scones (bollitos con nata y mantequilla que escandalizarían al “doctor”), pastas, etc. En fin, una bandeja de tres pisos digna de una olimpiada de la merienda.
Las abuelicas de Cariñena, tras una alejada o cercana merienda, tienen su rancio de las 7, alrededor de la mesa camilla, en el que sumergen sus pasticas de manteca.
Posteriormente van al rosario… donde seguramente verán a Dios.
¿Qué ha pasado con los vinos rancios?, ahora que parece que se ha revindicado casi todo.