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Tender puentes con las arepas

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La  arepa, popular torta de maíz, gana adeptos más allá de las fronteras venezolanas

Las hay viudas o sin relleno, las hay repletas de contenido, las hay pelúas y hasta reinapepiadas, como parte del argot gastro de las arepas, los panes de maíz de forma circular que son especialidad venezolana y que traspasan fronteras con un número cada vez mayor de seguidores en países como España.

Septiembre es el mes de las arepas, las populares tortas de maíz propias de la gastronomía de Colombia y Venezuela. Es precisamente una compañía de esta última nacionalidad, Empresas Polar la que, bajo su marca P.A.N., ha sido pionera en la elaboración de harina de maíz precocida para su elaboración.

“La arepa permite crear un puente cultural entre naciones, dado que es una especialidad que tiene tantas formas de preparación como posibilidades ofrezca una cocina, por ejemplo, en horno, sartén o incluso una elaboración híbrida”, dice el chef Sumito Estévez, que ha impartido un taller presencial en Madrid bajo el lema “Desafío Arepas”.

La clase magistral de Estévez se ha completado con un taller de cocina en formato concurso en el que periodistas y expertos en redes han competido en la elaboración de las mejores arepas.

A esto han seguido los talleres dirigidos a niños y adultos con celiaquía, la celebración del Día de la Arepa, 14 de septiembre, con un foodtruck de P.A.N. en donde se ofrecieron degustaciones gratuitas de arepas rellenas, una acción similar, durante cinco días, en una de las áreas más populares de Madrid, la Plaza del Callao, e incluso en la P.A.N. Store de uno de los mercados más concurridos de la ciudad, donde también se han podido probar estas especialidades venezolanas.

No sin mi budare

El puente cultural al que se refiere Estévez consiste en presentar las arepas con distintos rellenos, en lugar de solas o viudas; “es el primer recurso del venezolano como anfitrión, para ofrecer arepas pelúa, dominó, reinapepiada, llanera o pabellón, lo que ha popularizado algunos términos que ya forman parte de nuestro argot culinario”.

La arepa pelúa lleva carne mechada y queso amarillo, lo que le da un aspecto “despeinado”; la dominó va con frijoles y queso blanco duro; la reinapepiada incluye pollo, aguacate y mayonesa; carne asada a la brasa, queso criollo y tomate rellenan la arepa llanera y la denominada pabellón se rellena con carne, plátano frito y queso rallado.

En tan original diccionario también aparece el término arepera, que se refiere al espacio en el que se venden las arepas; es el lugar en el que el cliente decide el relleno, lo que le permite mucha libertad”, dice Estévez; “permanece abierta las veinticuatro horas, por lo que el abanico de consumidores es variopinto, pues abarca desde estudiantes a insomnes, desde invitados hambrientos al salir de un banquete a homeless”.

“La arepa es un platillo volador que en Venezuela abrimos y rellenamos”, dice Sumito Estévez; “si las freímos, hacemos un agujero en el centro, para que el aceite penetre mejor”. Aunque hay un elemento característico del menaje arepero, el budare. Se trata de una plancha circular de aluminio fundido sin bordes que consta de un mango para agarrarla.

“Sea cual sea el motivo que lleva a un venezolano a emigrar, en el momento de hacer sus maletas, que no pueden sumar más de 46 kilos, ha de valorar y escoger entre las pertenecías que deja y las que se lleva, para incluir entre estas últimas su budare, entre dos y cuatro kilos de peso”, dice Estévez; “este utensilio comporta una parte de la historia familiar, ya que quizá haya pertenecido a su abuela o a su madre con anterioridad”.

¿Qué pasa si…?

La clase magistral ofrecida por el chef Sumito Estévez ha contado con su particular dosis de innovación, incluyendo novedades en la elaboración de la receta de arepas.

Agua, harina y grasa son sus ingredientes básicos, aunque el experto chef ha partido de la condicionalidad del “qué pasaría si…” sustituyendo dichos elementos por otros, para modificar la receta.

Zumos de remolacha o de zanahoria, también de naranja o incluso caldo de pollo sustituyen al agua. La harina “echada con cobardía, para ir deshaciendo los grumos que vayan formándose”, puede mezclarse con tinta de calamar.

La grasa puede cambiarse por mantequilla, aceite de curry o también de onoto o achiote, considerado el azafrán americano.

“Se pueden contar muchas historias a través de una arepa, incluso pueden tenderse puentes entre las personas, sean o no venezolanas”, dice el chef Sumito Estévez; para quien una arepa rellena es una invitación a conocer la cultura intrahistórica y culinaria del pueblo venezolano.

Imágenes cedidas por Empresas Polar.

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