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Por Jesús Flores Téllez. Enólogo y crítico de vinos
Fotos: Mario Cruz Leo
“Rey de vinos, vino de reyes”, así lo definió el rey de Francia Luis XIV al vino elaborado en esta ciudad
Tokaji es una ciudad situada en el condado de Borsod- Abajaúj-Zemplén en el norte de Hungría.
De todos es sabido la importancia que ha tenido esta población en el universo del vino. Tokaji, Tokay o Tocai, ha entrado a formar parte de las grandes joyas enológicas del planeta.
Su origen, se le atribuye, en parte, a Susana Lorán Tffy, esposa de Jorge I, Príncipe de Transilvania, aliada y promotora del calvinismo en Hungría. Una época importante de la vida de esta noble dama la dedicó a enseñar las tareas de la viña a un religioso, Laczkó Maté Szepsi, que oficiaría como viticultor en las propiedades de esta Princesa.
Es en 1576, cuando Laczkó elaboró el primer vino dulce de Tokay, el Aszú. Debido a las continuas guerras contra los turcos, siglo XVII. Una de las vendimias tuvo que aplazarse hasta el mes de noviembre y este hecho provocó una pasificación de las uvas, el vino resultante sería lo que hoy es el Tokay.
Estas circunstancias “adversas”, han puesto a esta zona en el mapa de los grandes vinos del mundo. La botritización del viñedo se produce aleatoriamente y es más notable cuando en el verano hace más calor y hay abundante humedad, afectando de manera caprichosa a los racimos, lo que obliga a recolectar los granos uno a uno en muchas ocasiones.
No todo el Tokay es dulce, también hay excelentes vinos secos. En estos vinos denominados “ordinárium”, se mencionan las uvas, furmint, hárslevelu y sárgamuskotály.
SZAMORODNI: se elaboran con racimos con “Podredumbre Noble”, Botrytis Cinérea, y contienen unos 120 gramos de azúcar residual. Cuanto menos están afectadas las uvas por la “Podredumbre Noble” los vinos que se obtienen son más secos.
ASZÚ: es uno de los vinos que más prestigio tienen en Tokay, incluso se menciona en el himno nacional de Hungría. Hay Aszú de: 3, 5, 6 y 7 Puttonyos. A esta última categoría se le denomina Eszencia. La concentración de azúcar se expresa en puttonyos (es una medida, un cesto o recipiente, que contiene 25 kilos de uvas botritizadas y se le añaden a un recipiente de 136 litros). Como el mínimo es de 3” putonios”, serán 75 kilos de uvas botritizadas, las que se mezclarán con los 136 litros de mosto-vino base, para obtener la máxima concentración de aromas y sabores. Cuantos más “putonios” más azúcar tendrán los diferentes tipos. Una hectárea apenas produce el contenido de 800 botellas de Aszú de 6 “putonios”. Las notas que encontramos suelen ser: cítricas, florales, mieles, jaleas…
ESZENCIA: denominado también “néctar», desde el punto de vista de la legislación española no se le consideraría vino, ya que, su contenido en alcohol está entre 5 y 6 grados. Contienen entre 500 y 700 gramos de azúcar por litro. El resultado es un vino concentrado y almibarado de un sabor peculiar y extraordinario, que además, por su vibrante acidez no resulta empalagoso. Los Eszencia se añaden en ocasiones a los Aszú, para reforzarlos, pero normalmente, por ser los más cotizados se embotellan solos. Tardan varios años en fermentar y se aconseja beberlos pasados los 10 años después de la cosecha indicada en la etiqueta.
FORDITÁS: las uvas después de ligero prensado se mezclan otra vez con el mosto en fermentación y a continuación, tras la maceración, se procede a prensar por segunda vez. El Forditás tiene 10 grados de alcohol.
MÁSLÁS: se elabora añadiendo el mosto en fermentación a la pastas de uvas del Aszú.
KESÕI SZÜRETELÉSÚ: últimamente están apareciendo en el mercado este tipo de vinos dulces que se ponen a la venta después de 12 a 18 meses de la recolección. Contienen de 60 a 180 gramos de azúcar por litro. Las uvas de este tipo de vinos están afectadas por la podredumbre noble similar a los vinos Aszú y se denominan “vinos de vendimia tardía”.

