InicioACTUALIDADContrapunto entre el orujo blanco Fillaboa y H.Upmann Connossieur A

Contrapunto entre el orujo blanco Fillaboa y H.Upmann Connossieur A

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De antiguo abolengo y mantenida a través de los tiempos, las mejores sobremesas en tierras gallegas –o allá donde nos encontremos- estarán regadas con una bebida como el Orujo Blanco de las bodegas Fillaboa y si además lo maridamos con un habano como el H. Upmann Connossieur A no cabe la menor duda de que gozaremos de unos momentos exquisitos

Como me enseñaron mis buenos amigos gallegos, lo correcto es servir el orujo un poco frío, pero sin hielo. Es así con el fin de poder extraer la máxima expresión en aromas y sabores del destilado. Esto es porque si la temperatura es excesivamente baja se anularán los olores e incluso una buena parte de los sabores.

Encendido nuestro H. Upmann Connoisseur A, un cigarro de 140 milímetros de longitud y de cepo 52 (20,64 mm. de diámetro), con las primeras aspiraciones suaves, aunque con rastros intensos tabaqueros derramamos el aguardiente en una copa abombada que se estrecha hacia la parte superior para que el aroma de la bebida se concentre en ese punto, con lo que ya comenzamos a percibir la fragancia a manzana y recuerdos de la variedad Albariño del orujo.

El Orujo Blanco Fillaboa es la piel de las uvas de Albariño. Procedentes de las 54 hectáreas de las bodegas en Salvaterra de Miño. La elaboración una vez fermentada, llamado también bagazo, elaborado mediante fermentación y destilación de los hollejos que no son aprovechados en la elaboración del vino, destilado por arrastre de vapor, con una guarda potencial de diez años.

Avanzamos en la combustión de nuestro habano, una de cuyas características es su buen contenido de tabaco (16,72 gramos). Destaca ya la aparición de la pimienta blanca –tono picante suave- combinada con notas amaderadas. Mientras que con el primero de los tragos el orujo se muestra complejo, aunque suave e intenso.

No es fácil elaborar un buen orujo blanco. Es en el arte y la técnica de su destilación fundamental regular el aporte externo de energía para obtener un ritmo de destilación lento y constante. Esto permite la aparición de los componentes aromáticos deseados en los momentos adecuados. Éste de Fillaboa lo consigue de largo con el discurrir en boca de sabores potentes.

Ya al final del segundo de los tercios de nuestro H. Upmann, los toques terrosos del mismo se ven envueltos con los penetrantes sabores del orujo. Son sedosos y aterciopelados a pesar de la potencia de sus 40º de alcohol.

Una grata experiencia ésta con un habano de fortaleza media/media. Una buena proporción entre la longitud y el cepo. Esto nos proporciona una buena densidad de humo. El Orujo Blanco Fillaboa nos deja en boca una agradable sensación de calor.

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