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El origen centenario de Bodegas Alvear

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El apellido Alvear, va unido a los casi 300 años últimos años del vino andaluz

Don Diego de Alvear y Escalera, Fuente Obejuna 1697, Montilla 1776, funda la bodega, en un paraje de Montilla en 1729, plagado de olivos, cereales y escasas viñas. Un noble personaje estrechamente ligado a la aristocracia y a la religión. Los orígenes de los “Alveares” se remontan a la reconquista cristiana de nuestro país. Parece ser, que proceden de la zona burgalesa del Valle de Aras, como así atestiguan los escudos que lucían, en las fachadas de las casas solariegas, de donde provienen las diferentes ramas familiares.

La Bodega

A estas alturas nadie duda, que en esta de bodega, se han escrito algunos de los capítulos más gloriosos del vino andaluz. Desde su fundación la bodega sigue gestionada por la familia, actualmente es ya la octava generación quien controla el histórico patrimonio. La primera bodega denominada “de la Casa”, se erigió en el casco viejo de Montilla, casa solariega del siglo XVIII , considerada de interés histórico artístico y atesora las soleras más viejas, algunas con más de 200 años, que le han dado mucho prestigio a la firma.

La capacidad de la bodega se cifra en torno a tres millones de litros entre botas y depósitos, que se localizan en las diferentes bodegas: la Sacristía, las Mercedes, las Higueras, el Liceo y Buganvillas. Estas soleras, son, sin duda, las más antiguas de Montilla- Moriles. A Bodegas Alvear, pertenece también la bodega Palacio Quemado, en la localidad pacense de Alange.

Tipos de vinos

Elaboran una amplia gama de vinos secos y dulces, finos, amontillados, olorosos blancos y rosados. La gama de blancos y los rosados que han visto la luz recientemente, suponen la rabiosa renovación de una bodega centenaria como es Alvear. En la gama de dulces se utilizan los varietales pedro ximénez y moscatel. En el resto, pedro ximénez. Es de señalar que fue de la primera bodegas de la zona que elaboró vinos de pedro ximénez dulces con añada, más ligeros y con menos gramos de azúcar.

Viñedos

Cuenta con más de 120 hectáreas, más otras tantas de proveedores tradicionales pero sin ser de su propiedad. Situadas en la sierra de Montilla-Moriles con suelos como los “alberos”, pobres en materia orgánica de escasa producción y muy permeables. Otros viñedos están en vertisoles rojizos, localmente llamados “ ruedos” que se desarrollan en margas, roca sedimentaria de arcilla y caliza del Mioceno.

Pedro Ximénez, la estrella del viñedo cordobés 

Variedad de origen desconocido y controvertido. Implantada en Montilla- Moriles, Jerez, Málaga, Extremadura… Australia. Chile… Es Montilla – Moriles, su hábitat natural, por arraigo ancestral, por clima, suelo y experiencia en la elaboración de vinos singulares.

La cata de PX 1927 Alvear

Tal vez debido a preocupaciones dietéticas, hace unas décadas cobró carta de naturaleza entre los consumidores españoles un axioma que venía a decir algo así como que los buenos vinos son secos. Ciertos vinos de dilatada tradición como algunos vinos riojanos, como el espumoso semi- seco o vinos dulces de postre, los moscateles, los cream jerezanos, los málagas y el montilla-moriles entraron en franca decadencia. Por fortuna, bodegas como Alvear, no se plegaron a los caprichos de la moda y comenzaron a seguir potenciando sus vinos injustamente arrinconados. Creyeron en sí mismos.

He aquí uno de los vinos que una mayoría de catadores expertos reconocería en un solo golpe de nariz: un px de pies a cabeza, no se trata de una falta de personalidad diferenciada, que la tiene, sino de que esta solera de 1927, contiene todas y cada una de las características que definen a los pedros ximénez adultos, en fase de buena vejez.

Caoba muy oscuro a simple vista y ribetes yodados. Este es un vino de sorprendente complejidad aromática, pasas, pan de higos, café torrefacto, dátiles, azúcar quemado algarrobos, ciruelas pasas… También recuerdos de su larga estancia en botas viejas, más por la oxidación, que por el escaso aporte de sus vetustas maderas. En la boca es untuoso, de recorrido lento, envolvente y resulta nada pesado por sus amargos bien integrados Lleno de elegancia y equilibrio. Un Px dual, por su buen “juego de dulces, amargos y ácidos. En retronasal es casi eterno en persistencia.

Gastronomía

Es un vino perfecto, servido a 8 grados de temperatura para compañías de quesos azules, los chocolates amargos, las largas sobremesas y los helados cítricos como contrapunto. Eso sí, en buena compañía siempre.

Jesús Flores Tellez
Jesús Flores Tellez
Jesús Flores Téllez. Enólogo. Crítico de vinos y Premio Nacional de Gastronomía.

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