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By “Siwani”
Experiencia sensorial en torno al vino y la gastronomía del Grupo Tudanca
Hoy visitaremos el Complejo Tudanca y su Obrador en Aranda de Duero (Burgos), sin olvidarnos de la fundamental parada para la cata de sus estupendos vinos en una de las emblemáticas bodegas subterráneas que salpican el subsuelo de Aranda.
Acompañados en todo momento por la cercanía, sencillez y cariñosa familiaridad que nos brindan desde el minuto cero Jesús Tudanca, Laura Sardina Tudanca y Javier Yagüe, recorreremos de primera mano los logros y consecuciones del Grupo Tudanca.
Para ser justos este viaje arranca allá por el 1870 cuando Gregorio Tudanca y Vicenta de las Heras se instalaron en Aranda de Duero con un negocio familiar de confitería, dónde pusieron sus ilusiones, esfuerzos y su dedicación. Vicenta además, nunca abandono sus vínculos con la Ribera del Duero, pues dedicaba el tiempo de vendimia a una viña en La Horra, herencia de una tía suya, cuyo fruto de gran calidad una vez recolectado, se vendía a bodegueros de la zona.


Con esfuerzo, perseverancia y espíritu empresarial logran consolidarse como grandes obradores pasteleros, especialistas en un hojaldre de calidad insuperable y reputado a nivel nacional.
Su espíritu emprendedor y su área de influencia les lleva hacia la hostelería con la creación de un Hotel 4*, un Área de servicio con altas prestaciones y la presencia de sus cafeterías/pastelerías en diversas regiones españolas, consolidando así lo que hoy día conocemos como Grupo Tudanca.
El inculcado amor materno hacia a la viña y los vinos tampoco ha sido indiferente al paso del tiempo, ya que poco a poco, partiendo de la viña inicial, se ha incrementado en más hectáreas de viñedos para forjar el nacimiento de un sueño: su propio vino.
Podemos constatar con nuestra visita, que esa visión pionera de la matriarca del Grupo Tudanca de hacer más y mejores cosas, queda magníficamente plasmada en sus vinos D.O. que hoy degustamos: Tudanca Crianza Roble 2015, Tudanca Verdejo 2017 y Tudanca Vendimia Seleccionada 2011.


Además de poder disfrutar de un vino tremendamente especial para toda la familia del Grupo Tudanca: el Vicenta Mater 2016 creado en honor y recuerdo de la madre y emprendedora, origen de esta saga familiar.


Tras la cata, visitamos el Complejo Tudanca con su Hotel 4* y sus salones que dan cabida a todo tipo de eventos con un impecable entorno.
Detrás del hotel y resguardado en una pequeña hondonada nos enseñan uno de los viñedos del grupo, exquisitamente cuidado, como muestra del trabajo real de campo.
Julián Sardina nos explica la planificación en espaldera para evitar la pudrición, y aparte de las etapas de cuidado normal en un viñedo, nos comenta el empleo de tecnologías totalmente ECO: plantación de aromáticas estratégicamente dispuestas, dispersión de mariquitas, empleo de feromonas, etc. para evitar la aparición y propagación de parásitos y enfermedades. Con lo que estos vinos no tienen más manipulación externa que las manos expertas y lo que las condiciones meteorológicas tengan a bien antes de madurar y entrar en lagar.


Ya en su área de Hostelería fuimos agasajados, con gran generosidad, con un delicioso menú, reconfortante para estos días de invierno.
Entrante de morcilla de Burgos y chorizo,


unos níscalos guisados,
un increíble pastel de verduras que se fundía en la boca de primero.
Y como no podía ser de otra forma, un segundo de altura: el lechazo I.G.P. Exquisito. Con un asado espectacular, tierno como la mantequilla y con un sabor suave y delicado. Todo ello regado con Tudanca Crianza 2012.
El postre fue toda una sorpresa y una revelación…
Desplazados a las instalaciones del Obrador y tras las explicaciones de Antonio, el maestro obrador, sobre como ha de hacerse un hojaldre impecable, nos pusimos manos a la obra para hacer nuestros propios hojaldres rellenos.
Unos de crema pastelera quemada y otros de nata. Deliciosos.
También sirvió para que todos comprobáramos que el mundo de la pastelería requiere de mucho cariño, método y paciencia. Que si algo es bueno, es por que tiene buenas materias primas y muy buenas manos que lo cuidan.


Como colofón a nuestra visita, no podía ser más dulce.


A Grupo Tudanca, que nos mimó en extremo, y a su equipo de comunicación yalocatoyo, organizadores de este encuentro, nuestro sincero agradecimiento por esta experiencia.

