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Por Ana Belén Toribio
Fotos: Cristina Vaquero
KaButoKaji… – qué palabra – ya el nombre suena a misterio. ¿Quieres vivir una verdadera gastroexperience sensorial?. Pues vente…
Está claro que comer es todo un placer y un acto de amor. Si quieres enamorar a alguien hazle disfrutar. Si se hace en la cocina de uno de los mejores restaurantes japoneses de Madrid se convierte en toda una placentera aventura.
Ya lo dijo D. Rafael Ansón en la entrevista que le realicé. Se teatraliza la comida. La función empieza en un escenario vanguardista, original y elegante como pocos que llevará al cliente a disfrutar con los cinco sentidos. Sentido y sensibilidad a partes iguales.
Si KaButoKaji fuese literatura… sería poesía; si fuese flor… sería camelia; si fuese aroma… sería dama de noche.
Cuando te abren la puerta en KaButoKaji (KBK) sientes que vas a vivir una situación especial: intuyes que todo va a ser especial y que la velada estará llena de mimo y detalle. No te equivocas. La intuición se convierte en realidad.
Eso ya se nota en el recibimiento. Patricia Carbajosa se convierte en anfitriona para sus clientes que, se encarga durante toda la velada de crear un ambiente intimista y único donde el placer se respira. Toda va enfocado al glamour. Iluminación que cambia, emplatados únicos y con vajillas sorprendentes, ambiente elegante y taimado; exclusividad.
Esto unido a una cocina acorde al escenario hacen que en KaButoKaji encuentres un espacio para cada ocasión.
¿KaButoKaji es un japonés, japonés?
Patricia Carbajosa, directora, alma mater del restaurante y amante de la gastronomía japonesa, ha conseguido reunir a un equipo de profesionales que desarrollan la mejor fusión entre el carácter mediterráneo y la técnica japonesa. Se trata de cocina fusión, no mezcla: platos divertidos y de alta gastronomía. 16 Profesionales al servicio de 55 comensales, como los grandes. Casi tres años de buen hacer.
Su carta expresa originalidad, y al frente de sus fogones se encuentra José Luis Liébana. Platos como la Miso Shiru (Soja, tofu y cebolleta); Niguiri de hamachi con mantequilla de ponzu, sal de sisho morado y cebollino; Niguiri de parrocha con alboronia malagueña y pan de mollete; Niguiri de angulas ahumadas en la robata con grasa de tocino ibérico, yema de huevo de corral y tamari; Niguiri de calçot ahumado en la robata con romescu de ají amarillo, palo cortado y sal de bull negre y Niguiri de galera al ajillo con sichimi y chip de ajo… y muchos más que pueden ver en su extensa carta y hacen que los clientes disfruten de una experiencia diferente. Además, los fuera de carta diarios, con los ingredientes frescos del mercado la complementan a la perfección.
Como hemos dicho puedes mirar la carta y descubrir todos y cada uno de los platos, pero también puedes dejarte sorprender por las recomendaciones del jefe de sala, Alberto Juzgado, y el propio chef, José Luis Liébana. Su criterio es muy válido y te elaboran un menú a medida de tus gustos; equilibrado en sabores y te muestran los platos fuera de carta. Fusión de sabores, no mezcla. Buscando la excelencia pues el virtuosismo ya lo tienen.
Pues bien, esa integración de ingredientes y sabores en KaButoKaji es perfecta en todos sus platos y los postres son un espectáculo en sí mismos como por ejemplo, Nuestra versión de pan chocolat: con un bizcocho de chocolate, crumble de chocolate, caramelo de lichis, harina frita de tempura y aceite arbequina Y cuenta además con una bodega espectacular. Cuestión de detalles.
Una mujer radiante está al frente del deleite de sensaciones que allí se respiran: Patricia Carbajosa. Es habitual verla siempre pendiente de todos los detalles y mezclada entre los clientes que incluyen actores, deportistas, personajes televisivos, ejecutivos, directivos y empresarios. Pero… la diferencia estriba en que, ante tanta persona famosa, el resto de los mortales son tratados con igualdad, sin postureo y se sientan como en casa. Esa es quizás una de las claves de su éxito.
Por cierto, los puestos de la barra son ideales para ir de single. Podrás hablar con los cocineros y ver cómo trabajan en primera fila.
La decoración
La interiorista Carmen Alía ha sabido crear una atmósfera sofisticada, sobria y moderna, con predominio de la piedra negra y un sinfín de sedas blancas ondeantes en el techo. Además, la cava que preside el espacio invita a adentrarse en los numerosos vinos y sakes disponibles.
Entrar en KaButoKaji es entrar en un universo diferente. La sala es espectacular y lo primero que te llama la atención es el techo decorado de infinitos papeles en forma de olas.
La barra de showcooking está presidida por una imponente cava donde todas las referencias de la carta de vinos quedan expuestas a la vista y las diferentes mesas hacen que el espacio sea muy versátil. Unas, más íntimas y reservadas y otras, corridas para poder albergar a grupos más grandes.
KBK es original, innovador, exquisito, único, sublime, mágico…
Mi experiencia personal
Conocí KBK el Miércoles 15 de Febrero cuando aún flotaban en el aire feromonas de la maravillosa celebración de San Valentín que allí se vivió la noche anterior. Ese mediodía, nos juntamos a comer, Patricia Carbajosa y yo junto con nuestra amiga común, Maite Navarro, directora de www.primerospendientes.com y “Celestina” de ése nuestro primer encuentro que espero sea el comienzo de otros muchos.
Patricia inspira pasión, detalle y el mimo. A través de KBK, la mejor fusión entre el carácter mediterráneo y el arte culinario japonés, pone al alcance de sus comensales la sensibilidad del placer gustativo, olfativo, visual…
En resumen: calidad culinaria, presentación de sus platos, decoración en un espacio vanguardista, cuidado y excelencia en el trato por parte de todo su equipo que provoca que quienes acudimos a KBK estemos automáticamente pensando en volver antes incluso de haber salido. Sólo una pega: es tan exclusivo que no es barato, pero merece la pena se lo aseguro.
Como dijo Charles Baudelaire: «Es preciso estar siempre borracho. Todo consiste en eso: es la única cuestión. Para no sentir la horrible carga del Tiempo, que aplasta tus hombros y te inclina hacia la tierra es preciso que te embriagues sin tregua. Pero, ¿de qué? De vino, de poesía o de virtud; de lo que te plazca. Pero embriágate».
Como“En KaButoKaji todo es posible”… ¿cuando vienes a descubrirlo?.

