InicioACTUALIDADRosmery González de los habanos de su abuela a su "descubrimiento"

Rosmery González de los habanos de su abuela a su «descubrimiento»

Tiempo de lectura: 2 minutos

Rosmery González Torres es una joven abogada cubana que apenas llega a los dos años su residencia en Madrid, lugar donde “descubrió” su aprecio por los Habanos después de haber nacido en la tierra de donde nos llegan

Rosmery estudió su carrera de Derecho en la Universidad de Sancti Spiritus. Se trata de la capital de la provincia del mismo nombre ubicada en la zona central de la isla. Después desarrolló por algún tiempo su profesión en una oficina del Registro de la propiedad.

Quizás por ello a su llegada a España no le fue difícil encontrar trabajo en una empresa española de venta de herramientas, aunque después cambió a realizar labores administrativas en una inmobiliaria donde desarrolla sus conocimientos sobre las notarías, registros de la propiedad, etc.

Curiosamente, a Rosmery no le gustaba de pequeña ver a su abuela fumando “tabacos” (como por aquellas tierras llaman a los puros) y solamente encontraba muy agradables los aromas del tabaco en las casas de curado donde las hojas pierden la clorofila y cambian de color mientras se secan.

Pero en una visita a la Casa del Habano del Hotel Melia Internacional de Varadero y con la ayuda de la señorita que gerenciaba ese establecimiento (amiga de algún otro conocido), tanto ella como su esposo aprendieron a apreciar las virtudes de sabores y aromas de los cigarros cubanos.

Por ello, cuando hace casi dos años llegaron a España una de las primeras cosas que hicieron fue encontrar la Web del Club Pasión Habanos y hacerse socios para poder asistir a las actividades como afterworks o refugiarse en invierno en los salones de la Casa Gallardo para poder disfrutar de sus Habanos preferidos. Cuando hace mejor tiempo salen a la terraza de su casa.

Desde entonces hacen de la fumada de sus vitolas favoritas unos de sus mejores momentos por lo que Rosmery nos cuenta que cada semana “caen” por los menos dos o tres puros -“por supuesto cubanos”- y se muestra feliz de encontrarse con personas que coinciden con ellos en este tipo de aficiones.

Rosmery prefiere más bien los cigarros no muy grandes, de cepos que se encuentren entre el 50 y el 54, y es una entusiasta absolutamente convencida del Wide Churchills de Romeo y Julieta, a la vez que el tipo de fortaleza que a ella le convence es la que tienen los cigarros de suave a media, sin excesos.

Muy ocupada en el desarrollo (largas horas) de su faceta profesional, Rosmery dice que prácticamente no tiene tiempo para leer nada que no sean los propios legajos de normas legales y demás.

Sus momentos preferidos para degustar sus Habanos suelen ser esos fines de semana en que ella y su esposo se ponen las canciones de Raúl Paz, cantante de Pinar del Río (Cuba) que reinterpreta la música cubana, tejiendo ritmos de hip-hop, dub, riffs de rock y un groove propios, y enciendes un par de cigarros.

También nos dice que ahora, cuando vaya a Cuba a celebrar la Navidad con su madre y su abuela, piensa fumarse un habano con esta última para desagraviarla de cuando de pequeña le echaba en cara sus fumadas.

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