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Roger Casas-Alatriste publica libro sobre la economía de la atención: ¿Cómo sobrevivir a la avalancha de contenidos?
Vivimos en una era de competencia feroz por captar nuestra atención. Todos luchan por lo mismo: plataformas, creadores de contenidos, marcas… Nuestra atención hoy es la moneda más valiosa, sin embargo, está más dispersa que nunca.
Enfrentarnos a la avalancha de contenidos con la que vivimos no es fácil. A continuación encontraréis algunos consejos y herramientas para afrontar la sobreestimulación a la que nos encontramos expuestos.
Desconfiar de las máximas de estandarización atencional: La higiene atencional requiere reorganizar nuestro entorno, no hay que dar por sentadas determinadas cosas que puedan perjudicar nuestra capacidad de prestar atención.
Establecer vacuolas protegidas de los asaltos de la comunicación: Es necesario establecer espacios donde nuestra atención no se vea constantemente solicitada por estímulos caóticos y/o múltiples siendo nuestra responsabilidad propiciar y establecer estos lugares de desconexión.
Extraerse del dominio del régimen de alerta de los medios de comunicación: Mantenernos al margen de las alertas que generan los medios y las plataformas digitales.
Ser estratégico en la valoración atencional: Ser conscientes de nuestra conciencia como electores y decisores de dónde poner nuestra atención, sabiendo que esto influirá en la atención de la gente que nos rodea, tanto en el ámbito físico como en el digital.
Aprender a elegir nuestras enajenaciones, en lugar de liberarnos: Elegir con sabiduría aquello con lo que nos enajenamos, porque concentrar nuestra atención por completo en ello es probablemente más positivo que estar realizando múltiples tareas.
Hackear el algoritmo: Disfrazar nuestra navegación o crear perfiles múltiples nos permite salirnos de la autopista y tomar una carretera secundaria donde tal vez no seamos invisibles, pero sí podamos disfrutar de otras vistas.
No hacer nada: Se trata de parar y tomarnos un tiempo para aburrirnos a propósito, el no hacer nada como una actividad en sí misma que nos empuja a estar con nosotrosy a conectar con nuestro entorno.
Valorar la importancia de la presencia física: En el mundo presencial se enriquece exponencialmente la conversación.
Aquello en lo que ponemos la atención nos define: Hacia dónde llevamos nuestra atención es hacia dónde dirigimos nuestra vida.