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Capdepera, el castillo y las calas de Agulla y Mesquida

Tiempo de lectura: 4 minutos

Capdepera es una localidad situada en el noreste de Palma de Mallorca y cuenta con muchos alicientes para el visitante

Porque no solo tiene valor el pueblo, enclavado en un paisaje demoledor entre montículos y mar, sino porque allí se encuentra un famoso castillo declarado monumento histórico artístico.

Adjunto transcribo el artículo realizado por Juanma Barberá en www.gastronomoyviajero.com que espero sea de vuestro agrado.

Objeto de deseo

Y es que si las Islas Baleares son «objeto de deseo» durante gran parte del año, Mallorca en verano, y este verano en concreto, es una de las más visitadas (con permiso de Ibiza).

Nadie sabe por qué, pero desde el pasado mayo se viene concentrando una gran asistencia de turismo nacional al que se suma el foráneo (alemán, británico y últimamente italiano) que acude en masa a la isla.

Quienes conocen Mallorca saben que aquí se encuentran algunas de las mejores calas y playas, pero no solo eso, porque «Palma» tiene también tiene belleza interior para dar y tomar.

Castillo

Un ejemplo de ello es la zona de Capdepera que guarda joyas tan rotundas como el puerto de cala Ratjada, Canyamel, las calas de Agulla y Mesquida o las cuevas de Artá.

Pero si hay un monumento que reclamará nuestra atención en Capdepera es su castillo.

Este edificio se alza sobre un montículo desde el que se divisa la Mallorca interior, con sus casas de labor, la costa y el llamado canal de Menorca, que separa ambas islas.

Siglo XIV

El castillo es un recinto fortificado edificado durante el siglo XIV a instancias del Rey Jaume II.

El propósito del mismo era servir de protección a la población frente a los innumerables ataques piratas.

En el siglo XVI ya contaba con cerca de 125 casas en su interior y perfectamente pertrechadas para aguatar asedios.

Pero el acceso al castillo no era fácil, como comprobarás cuando subas a el por las empinadísimas calles que le dan acceso.

La piernas se ponen como piedras y desde las almenas es fácil comprender que intentar asaltarlo era una locura que podía pagarse con la vida.

Recinto militar

Finalmente, en el s. XVIII el edificio fue convertido en plaza militar, guardada por un gobernador, hasta que 1854 quedó abandonado.

Asi fue como mediante una subasta pública en 1856 el castillo pasó a manos privadas, en concreto a las de Josep Quint Zaforteza que lo adquirió.

Sin embargo, hubo que esperar hasta 1983, tras numerosas negociaciones con sus herederos, para que el Ayuntamiento de Capdepera lo recomprara y rehabilitara.

Actualmente, un patronato se encarga de su gestión y el edificio está en perfectas condiciones.

Centro y farmacia

Bajando desde el castillo llegarás hasta la plaza del ayuntamiento, que es el centro neurálgico de Capdepera.

Allí, aparte de la tranquilidad de la campiña y su plaza peatonal, lo más destacado es la antigua farmacia Melis (1915-1973) ubicada en el centro Melis Cursach y recuperada como museo.

Se trata de un proyecto museístico en el que se han catalogado unas 600 sustancias químicas y en el que han trabajado los archiveros municipales Gori Rechac y Maria Massanet con el asesoramiento de los farmacéuticos Antich y Llinás y el médico Balaguer.

La farmacia era la única que había en el municipio y se ha reconstruido tal y como estaba originalmente.

Cala Ratjada

Aparte de la torre defensiva del cercano Canyamel, el pueblo pesquero de Cala Ratjada es la salida al mar de Capdepera.

Las distancia entre ellos es «na y menos» y en coche apenas 10 minutos separan ambas poblaciones.

En Cala Ratjada existe una calle central que atraviesa el pueblo y a la derecha todas las direcciones conducen a su pequeño, aunque coqueto, puerto pesquero.

Calas

Hemos dejado para el final el repaso de las calas para dejar constancia de que Mallorca no solo es turismo de sol y playa.

Sin embargo, no se le pueden poner «puertas al viento» y menos cuando aquí se encuentran algunas de las calas más bonitas de la isla.

Entre ellas están cala Sa Font y Cala Gat, pero las mas espectaculares son cala Agulla y Cala Mesquida.

Advertencia

Solo hay que hacer una advertencia y es que de viernes a domingo cala Agulla se llena de hordas de guiris jóvenes que toman el lugar para hacer sus particulares botellones.

Ante tal tesitura, lo más razonable es desplazarse unos pocos kilómetros hasta cala Mesquida donde el ambiente es, digamos, normal.

En cuanto a Manacor, la hemos recomendado en nuestro apartado 100, no solo por ser la tierra de Rafa Nadal, y por sus famosas perlas, sino porque en su cercanía se encuentran las famosas Cuevas del Drach y porque todos los lunes de 9 a 13 se instala allí su famoso Mercadillo.

Comer

La gastronomía mallorquina tiene oferta para todos los gustos, aunque obviamente, todo es un poco más caro de lo habitual …y mas en época veraniega.

A pesar de ello, uno de los lugares más recomendables es la Porxada de Sa Torre, que está en la zona de Canyamel/Capdepera.

Otro lugar que destaca por la amabilidad de su personal y sus vistas a cala Mesquida es el restaurante La Terraza… solo por eso ya vale la pena ir.

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