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Contrapunto entre ron Santa Teresa 1796 y Partagás serie nº 4

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El Santa Teresa 1796 es uno de los destilados más apreciados por aquellos que prefieren el ron como bebida de buen acompañamiento en los ratos de ocio y por ello lo hemos maridado en esta ocasión con el Partagás Serie D No. 4 que es uno de los Habanos más vendidos en todo el mundo

El ron Santa Teresa 1976 ha recibido numerosos reconocimientos internacionales de su nivel y de calidad. El último de ellos a mediados del pasado año en la London Spirits Competition. Este es el prestigioso concurso internacional que evalúa rones de todo el mundo. Allí es donde ganó la medalla de oro por segundo año consecutivo.

El ron venezolano es de los valles de Aragua, donde está situada la factoría Santa Teresa desde hace 225 años. A unos 30 kilómetros de la costa del mar Caribe. Es el resultado de una mezcla en la que los rones han sido envejecidos de 8 a 25 años. Después otros 15, todo ello con el método de soleras y criaderas.

Por su parte el Partagás Serie D No. 4 es un formato denominado como vitola de galera Robustos. Estuvo en los mercados desde mediados del siglo pasado. Fue “relanzado” en 1975 para gran regocijo de los fumadores que desean sabores con gran carácter. Es una fumada de no muy larga duración.

Mientras enciendo el Partagás ya denotamos en las primeras aspiraciones como se nos llena la boca de sabores con fortaleza. No hay que olvidar que está catalogada en cinco sobre cinco, como todos sus hermanos de la Serie D.

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El humo denso con toques de madera y tierra de nuestro Robustos se une en un maridaje muy bien ensamblado con las notas melosas de fruta, rastros de tabaco y el cacao del ron, quedando como resultado una espléndida percepción de sensaciones muy agradables.

Traspasado de maestro a maestro, el método de soleras y criaderas asegura que cada botella de Santa Teresa 1796 proceda de la primera barrica de 1796. Ello se debe a que el barril original nunca ha estado vacío. Pues cada vez que una botella es extraída, la barrica es ligeramente rellenada con un ron más joven, lo cual perdura con cada una de las botellas de este ron venezolano.

De color ámbar y aroma afrutado, el sabor de este ron es meloso y complejo. De cuerpo firme y al mismo tiempo delicado y elegante. Como resultado de su envejecimiento en barricas de roble que criaron bourbon, y que conforma un ron seco, suave y equilibrado.

Las notas picantes mezcladas y con ligeras puntas dulces de nuestro habano saben llenar la cavidad bucal en la que los sorbos del ron nos llevan a percibir todo el esplendor de esta bebida muy bien balanceada.

Ya en el último tercio del Partagás, mientras observamos la lágrima ancha que deja en el catavinos el Santa Teresa 1796, la fortaleza del tabaco negro cubano, la elevación de la temperatura del cigarro y la acumulación de sabores nos permite encontrar un estupendo maridaje con un ron de cuerpo firme y, al mismo tiempo delicado y elegante, que al final evoca la esencia de los robles que lo añejaron con una increíblemente cálida presencia de rastros tabaqueros.

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