Isabel María es una señora letrada que disfruta con los habanos

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Isabel María Gómez Carrasco deja claro nada más comenzar nuestra charla que es una señora abogado y letrado, por lo que no concuerda con las terminaciones femeninas de su labor profesional, a la vez que es una enamorada de la tarea que desarrolla en el mundo del derecho civil

Cordobesa nacida en Peñarroya-Pueblonuevo, un municipio cuyos orígenes datan del siglo XIX, cuando la actividad minera en la comarca se encontraba en plena expansión, aunque apenas cuando tenía unos meses su familia se trasladó a Madrid, donde ha vivido desde entonces.

Isabel María, a quien todos conocen por sus dos nombres y así prefiere que la llamen, estudió la carrera de Derecho en Universidad CEU San Pablo y aunque no había ningún antecedente de juristas en su familia, pues su padre era químico, quiso desde siempre desarrollar su labor profesional como ella lo veía en las películas, ante un tribunal, por lo que se inscribió en los colegios de abogados de Alcalá de Henares y de Madrid, ejerció el turno de oficio y también abrió un bufete –que ella define como “pequeño”- dedicado al Civil y algo al Mercantil.

Pero sus cotas de señora Abogado han llegado a lo más alto cuando apenas hace unos días defendió y ganó en el Tribunal Supremo un caso contra uno de los grandes bancos españoles (al que ya había vencido en otro tema), con la anuencia del fiscal y en el que tiene el tribunal aceptó sus tesis.

Isabel se inició con los Habanos apenas hace cuatro años, aunque antes había fumado cigarrillos (que luego dejó) y cuando iban de vacaciones a Tenerife su marido se compraba para sí mismo los mejores Habanos mientras que a ella le traía algunos puros de las islas canarias.

Entonces nuestra señora letrado se plantó y ante los aromas de los puros cubanos decidió que ella también quería probarlos y así comenzó su historia con los mismos.

No recuerda bien cuál fue el primero, pero tiene muy claro que prefiere los de fortaleza suave y de tipo medio como los Cohiba y a ser posible los más pequeños, de corta duración de la fumada, a la vez que le gustan las ligadas de los Hoyo de Monterrey o de los H. Upmann, al ser estos los de menor fortaleza del vitolario.

Desde luego cuando está en un grupo de amigos donde algunos fuman sus Habanos, Isabel se apunta, aunque haya quienes piensen o les parece algo de esnobismo, pero es que ella afirma que “disfruta son los habanos una enormidad” e incluso se atreve con los de mayor tamaño cuando ellos son los que sacan en las reuniones como en la cena a la que asistió del Club de los 100 Puros, que se fumó uno de los mayores formatos.

Nuestra abogado es una gran aficionada al pádel que suele ejercitar cuando puede debido a que para ese deporte se necesita una pista y compañía por lo que no es tan fácil conseguir ambas cosas, aunque es también una defensora nata de Pilates que ejercita un par de veces a la semana y como vive bastante céntrica en la capital española de vez en cuando atraviesa el parque de El Retiro y va andando hasta su despacho que está cerca de la plaza de Cibeles, pero también se cuida deportivamente dando de vez en cuando unos tiros en un campo de golf.

En cuanto a las lecturas y sus músicas preferidas reconoce que lee poco, aunque sí mucho de todo lo que tiene que ver con jurisprudencia y su desarrollo profesional, pero es en verano cuando dispone de más tiempo cuando lee libros como las novelas negras de Javier Castillo y, sin embargo, la música le apasiona absolutamente desde el flamenco del bueno hasta la música clásica y la ópera, pasando por grupos como los Rolling Stone.