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Si nos preguntasen en qué ciudad española nos gustaría ir a vivir, muchos responderíamos que en Málaga
Adjunto transcribo el artículo realizado por Juanma Barberá en www.gastronomoyviajero.com que espero sea de vuestro agrado.
Y no sólo es por su clima, que también, sino porque es una ciudad grande, pero abarcable y, desde luego, porque desde la llegada del AVE y la explosión de su expansión cultural, es fácil enamorarse de ella.
No en vano, por número de habitantes, es la segunda ciudad más grande de Andalucía y la sexta de España, y aunque no sea tan monumental como Sevilla, Córdoba o Granada, las gana por su luz y sol reflejado sobre el Mediterráneo. Eso no lo tienen ninguna de las otras tres y es un valor añadido inigualable.
Y no es que no tenga ningún monumento, pero ni quiere ni debe competir a este nivel. Aquí no hay mezquita, ni alhambra ni torre del oro, porque esta ciudad juega en otra liga. Pero si ponemos todo en una balanza como calidad de vida, Málaga es la vencedora.
Luego está la gastronomía, claro, las conchas finas, los espetos, los boquerones victorianos, el bienmesabe… que tampoco deja a nadie indiferente.

