Cádiz es conocida como la “Tacita de Plata”, pero, ahora, más modernamente, se ha acuñado un nuevo eslógan: la luz del mar
Adjunto transcribo el artículo realizado por el periodista Juanma Barberá en www.gastronomoyviajero.com que espero sea de vuestro agrado.
Pero lo más importante de Cádiz es que hay tantas cosas que contar que no sabemos por dónde empezar.
En cuanto al término «tacita» no hay unanimidad en la explicación exacta que justifique este sobrenombre.
Una de las teorías más reconocidas es la que dice que viene del nombre griego “Kado” que significa taza o recipiente, y su diminutivo es “tacita”.
Por otro lado, el vocablo «plata» provendría de que, según la mitología griega, las Columnas de Hércules en el Estrecho de Gibraltar, eran de plata. Y de ahí la tacita de plata.
Sin embargo, esas columnas son en realidad dos montículos, uno en Marruecos y otro en España, que hacen de imaginarias columnas y marcaban el fin del mundo para los navegantes de la época.
Después de las columnas de Hércules estaba el abismo y así se advertía a quien se propusiera atravesarlas.
Un supuesto precipicio que pocos estaban dispuestos a surcar.
Bandera
De hecho, fijaros si Cádiz o Gadir o Gades, como se llamó, era y es tan importante para España que esas mismas columnas figuran en la bandera nacional.
Durante mucho tiempo estas columnas mantuvieron la inscripción de non plus ultra, no más allá (de las columnas de Hércules), pero mas modernamente se cambió por el actual plus ultra o más allá, entendiendo que ya habíamos superado la antigua superstición.
Inspiración
Pero Cádiz es inspiración poética y el vigía del estrecho de Gibraltar donde se unen un océano, el Atlántico, y un mar, el Mediterráneo que juegan una partida de cartas a ver quién es más bello.
Estas dos masas de agua salada son como una imaginaria carrera de caballos, cartujanos, por supuesto, que se hace en dirección contraria y crean un premio para ver quien llega antes a meta.
Da lo mismo quien sea el vencedor porque Gadir es viento y libertad.
Y uno puede dejar de ser dueño de su destino y volver mil veces, como esos túnidos que atraviesan el estrecho y acuden a desovar al lugar donde nacieron, buscando aquí sus recuerdos.
Pero si hay que caer en la trampa de alguna red, que sea la que nos tiende Cádiz.
Cádiz es el lugar donde al Atlántico y el Mediterráneo echan una partida de cartas para averiguar quién es más bello